Ahora que están en huelga los hologramas,
que llueven cuando hay tormenta diamantes mojados,
ahora que pongo en off al razonamiento
y el corazón anda siempre desactualizado,
ahora que no domino las tecnologías
empiezo a cogerle el truco a entender por qué dormías
y dormías y nunca, nunca jamás soñabas
y me contabas tu nada entre café y galletas,
y yo te decía que el vacío era más que imposible
y hoy estamos a mil años luz de las ondas discretas.
Ahora que cambio tinta y papel por luz infraroja
y van cogiendo óxido de ozono las bicicletas,
ahora que están en peligro de extinción las estrellas
y está prohibido pedir deseos por si se apagan,
ahora que el mundo es un cuento de miedo para los niños
y los monstruos son los mismos de antaño con otras palabras,
ahora que la privacidad es sólo un mito urbano
y que la eternidad no es ya tan cara
me pregunto si estamos vivos o somos historia,
si la falta de olvido es la causa de tan malas memorias.
martes, 28 de diciembre de 2010
jueves, 23 de diciembre de 2010
Corazón de invierno.
Voy a dejar que sea invierno de verdad,
por un día, sólo por un día.
Volverá a nevar en la ciudad,
se llenarán de heridas las esquinas
y allá en el fondo, en un rincón
suspirará dormido el sol,
por un día, sólo por un día.
Y los recuerdos arderán en las venas
mientras fuera
se congela el corazón
y habrá un silencio hueco
cuando el tiempo no quiera oir su voz
haciendo eco en callejuelas vacías
y aceras sin reloj,
por un día, sólo por un día.
No habrá esperanza
ni habrá libretto en el cajón
y cada actor traerá su máscara a la hoguera
y sombras diestras reinarán,
por un día, sólo por un día.
Llorará la felicidad
y cuando empiece a enloquecer la soledad
y bailen esqueletos en su vals de estrellas,
será el momento de empezar la cuenta atrás
y por un día, sólo por un día
el fin será volver a comenzar.
por un día, sólo por un día.
Volverá a nevar en la ciudad,
se llenarán de heridas las esquinas
y allá en el fondo, en un rincón
suspirará dormido el sol,
por un día, sólo por un día.
Y los recuerdos arderán en las venas
mientras fuera
se congela el corazón
y habrá un silencio hueco
cuando el tiempo no quiera oir su voz
haciendo eco en callejuelas vacías
y aceras sin reloj,
por un día, sólo por un día.
No habrá esperanza
ni habrá libretto en el cajón
y cada actor traerá su máscara a la hoguera
y sombras diestras reinarán,
por un día, sólo por un día.
Llorará la felicidad
y cuando empiece a enloquecer la soledad
y bailen esqueletos en su vals de estrellas,
será el momento de empezar la cuenta atrás
y por un día, sólo por un día
el fin será volver a comenzar.
sábado, 4 de diciembre de 2010
W.W.W. (Wondering... Why Wait?)
Atrapada en el vórtice de la complicidad
donde cuesta dejarlo todo al azar.
Si te hablo y no escucho ya no quedan señales,
las farolas repasan dos sombras
que dividen las calles. Tu destreza
y mis manos desgajando cristales,
¿dónde estaban las horas? Entre piel
y distancia y una nube electrónica.
Ya no enreda mi red tus pestañas,
saltan vallas binarias las ovejas que hacían soñar
y hay un beso sin píxeles
y un piloto encendido
y la alarma del router que no vuelve a sonar.
Será que te estoy adivinando
y las teclas ya no buscan nuestros dedos.
Será que se ha roto el espejismo
donde tiempo y espacio eran lo mismo.
Jet lag y volver a encontrarnos en desfase horario.
Ya te has dado cuenta, ¿verdad?
Que el amor no permite ser otros
cuando estamos tan cerca.
Que es sencillo ser indiscretos
cuando estamos tan lejos
que el silencio no llega.
Ahora toca callar y dejar de escribir.
Esto se nos escapa y ya se acaba.
Hora de terminar.
F
73
0100 1110
donde cuesta dejarlo todo al azar.
Si te hablo y no escucho ya no quedan señales,
las farolas repasan dos sombras
que dividen las calles. Tu destreza
y mis manos desgajando cristales,
¿dónde estaban las horas? Entre piel
y distancia y una nube electrónica.
Ya no enreda mi red tus pestañas,
saltan vallas binarias las ovejas que hacían soñar
y hay un beso sin píxeles
y un piloto encendido
y la alarma del router que no vuelve a sonar.
Será que te estoy adivinando
y las teclas ya no buscan nuestros dedos.
Será que se ha roto el espejismo
donde tiempo y espacio eran lo mismo.
Jet lag y volver a encontrarnos en desfase horario.
Ya te has dado cuenta, ¿verdad?
Que el amor no permite ser otros
cuando estamos tan cerca.
Que es sencillo ser indiscretos
cuando estamos tan lejos
que el silencio no llega.
Ahora toca callar y dejar de escribir.
Esto se nos escapa y ya se acaba.
Hora de terminar.
F
73
0100 1110
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