domingo, 24 de enero de 2010

Bajo el cielo raso.

Sorprende la mañana como siempre
al borde de una eternidad que reconozco
y de otra libertad que desconozco
al menos hasta que entre en la corriente
que es donde salta el mundo cada paso
y el cielo torpemente se tropieza,
hunde los pies al fondo del abismo
y hace que todo sea más fácil mientras rueda
y enreda los segundos que nos quedan
a un sueño, a una ilusión, a un imprevisto,
a una oportunidad a la vereda
de nuestro despertar en el camino.

sábado, 16 de enero de 2010

El mañana nos lo dirá.

Si, derroché mañanas como todos los demás,
no había nadie a quién disculpar,
no había fin, sólo ganar.

Sí, limité mi cielo a otra soledad,
no había canciones para escuchar,
no había luz, sólo gritar.

Y de repente y sin aviso
te metiste en mis resquicios
como un río desbocado,
con destreza y sin reparos,
tras de ti sólo vestigios
de restos de algún pasado.

Y así fue como olvidaste preguntar
y tus ojos dispararon a matar
atravesando las barreras de los miedos,
reconstruyendo poco a poco mis deseos
y descubrí que no atendía a más razones
que las que daban mi corazón y mis tentaciones.

Y llegamos sin descanso
a la rosa de los vientos
con un norte equivocado
y abordando los infiernos
por no abandonar recuerdos...

Y nos vimos distanciados
entre todos los demás,
de repente no eran tantos
los minutos que aclarar
y nos fuimos tropezando
con esos primeros pasos.

Pero quién sabe cuándo acabará,
si es que esta historia tiene un final,
quién sabe adónde llevará,
sólo el mañana nos lo dirá...

martes, 5 de enero de 2010

Hay...

Hay silencios y miradas y batallas que emprender, porque el riesgo no es el juego sino no saber perder. Y hay mentiras y traiciones y emociones que esconder, porque el miedo no es lo hecho sino no saber que hacer. Y hay caricias e ilusiones y emociones que ofrecer, porque el fuego no es el tiempo sino no saber querer.