Incertidumbre.

¿Qué nos aguarda la noche?
¿Qué nos oculta el goteo de horas
diluyendo cuerpos?
Yo no soy nadie
y tú aún no existes.
Amor, amor, amor.

Cinco amigos.

Dejamos en la puerta el ayer y el mañana
a la espera de ser recogidos al volver,
porque ese tiempo era nuestro y solo nuestro:
cinco estrellas dispuestas a caer.

Y volvimos el mundo del revés
para pintar sonrisas en el cielo
reconstruyéndolo a nuestra manera:
cinco dioses tranquilos y sin miedo.

A través de todo lo distinto
en el fondo aún éramos los mismos
y bailábamos juntos con las mareas:
cinco gotas de agua en tierra.

Y ahora que al despertar estamos lejos
pienso que sólo pudimos ganar con lo perdido
y que al final somos lo que fuimos:
cinco tesoros únicos, cinco amigos.

Deseo...

Deseo que no te bese jamás
la desilusión
y lleguen a ti las mareas
de los sueños realizados.

Deseo que mi hogar sea el lugar
donde cierres los ojos
y no pienses en volver
hacia atrás.

Deseo que te sea fiel la luz
aunque la noche sea incierta
y encuentres descanso en mi cuerpo
cuando estalle la tormenta.

Porque cada vez están más lejos
los corazones rotos
y en cada espejo
aquella que fui me dice adiós,
porque en cada encrucijada
me perdí y me rencontré
siguiendo las huellas de tus pasos
y no hay canción más triste
que oír el llanto en tu voz.

Deseo que en mis deseos
des los tuyos por cumplidos,
que ames intensamente
y seas correspondido.