sábado, 21 de julio de 2012

Cinco amigos.


Dejamos en la puerta el ayer y el mañana
a la espera de ser recogidos al volver,
porque ese tiempo era nuestro y solo nuestro:
cinco estrellas dispuestas a caer.

Y volvimos el mundo del revés
para pintar sonrisas en el cielo
reconstruyéndolo a nuestra manera:
cinco dioses tranquilos y sin miedo.

A través de todo lo distinto
en el fondo aún éramos los mismos
y bailábamos juntos con las mareas:
cinco gotas de agua en tierra.

Y ahora que al despertar estamos lejos
pienso que sólo pudimos ganar con lo perdido
y que al final somos lo que fuimos:
cinco tesoros únicos, cinco amigos.

No hay comentarios: