viernes, 3 de abril de 2009
Cruce.
Dije adiós al crepúsculo tras huir de su horda de estrellas incolumnes ante el deseo, quizás fue un error echar a correr primero y preguntar después si quedaban caminos abiertos hacia nuestras veredas. Pero aquí estoy, en este cruce desgranado de tiempos, donde me espera un mañana moteado de incertidumbres, oculto tras las zarzas de dudas afiladas. Ataco las quimeras que asolan mis sueños y arañan los recuerdos. ¿Será esta la batalla que tanto temí? ¿La de blancas banderas alzadas en pos de un mal adiós? ¿Será quizás el principio que tanto anhelé? ¿El de rojas pasiones lejanas henchidas de caricias y besos? No puedo saberlo, y el mundo nunca se detiene, deberé cruzar a través de la niebla, cada paso más firme que el anterior y sin rastro de duda en el corazón.
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