domingo, 7 de febrero de 2010

Translocaciones.

Diversificaciones, diversiones bífidas,
la versión oscura y la blanca falsificación:
¿dónde hundiremos ahora el filo
de frías soledades y calurosas bienvenidas?

El viento pagará peaje de insolencia
pero tu nombre,
¿por qué habría de cobrar doblemente?
¿por qué debería ser una posesión?
si de boca en boca cambias,
de amigo a enemigo,
como un tenebroso espía involuntario.

Te pronuncias equivocadamente, digo,
porque tu voz es al destino
lo que el pulso al paraíso
y aún en estrellas se apoyan tus sueños,
en esas pequeñas prófugas del infierno
que caen imperturbables
sobre nomeolvides, pensamientos, rosas rojas
y magnolias silenciosas como besos
que esperan en el jardín de tu cuerpo,
bajo tierras inundadas de espinas inesperadas.

Pero no desesperes amor mío,
que la espera es la celda del deseo.

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