Gira, giran los cuerpos,
y en esta danza
no hay errores, no hay tropiezos,
yo giro y giras, y frente a frente
solo los dos, como en un sueño.
Dura sólo un instante,
un parpadeo,
abro los ojos y no estás
pero te escucho respirar
y ambos sabemos
que ya no hay vuelta atrás.
Gira, giran los tiempos,
y de repente huye el otoño,
llega el invierno,
contamos otro agosto
y pasa un año,
hacemos el amor entre aguaceros.
Tardas, ya no te espero,
siempre es difícil retocar
bien las mentiras,
sabes que no te creo,
pero mejor fingir que ser sinceros.
Gira, giran los besos,
van de la boca al cuello,
del cuello a la mejilla,
de la mejilla al viento,
del viento a los recuerdos...
Al final queda lluvia y silencio,
la luna interminable
tus noches en la almohada,
la absurda retahíla de palabras
que no sirven de nada,
ni las escucha nadie.
Gira, giran las rutinas,
los pasos maniatados por los días,
giras y al girar un par de esquinas
cruzamos lentamente despedidas,
adiós y que te vaya bien la vida.
Y aunque no sea meritorio claudicar
reclamo mi derecho de estar en libertad
que tanto quita y tanto puede dar,
y cierro el círculo de vuelta al punto cero,
ese que otros llaman soledad.
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