martes, 11 de mayo de 2010

Nana.

No es tiempo de llorar, mi niño,
la tormenta es fuerte, pero estás a salvo
yo te protegeré de todo, del frío y del viento
y no dejaré que nada te haga daño.

Podremos alcanzar el horizonte
cuando estés listo para desplegar las alas
sé que es difícil levantar el vuelo,
pero si somos dos, se esfuma el miedo.

Y si sirve de algo, te diré que eres fuerte,
que puedes y debes conquistar tus ilusiones
y si el tiempo se para para estar a tu lado
te diré que no es justo condenar al pasado,
que la vida es un río que jamás se detiene
y que estoy a tu lado; a tu lado, por siempre.

No es tiempo de llorar, mi niño,
las estrellas te sonríen y te guían
para que puedas encontrar una salida:
hoy brillan para ir contigo.

Te enseñaré a crear un sol de invierno
por si la oscuridad llega a helar tus días
y en su luz encontrarás tus sueños,
y en su calor, tu corazón y tu valentía.

Y si sirve de algo, te diré que eres fuerte,
que puedes y debes conquistar tus ilusiones
y si el tiempo se para para estar a tu lado
te diré que no es justo condenar al pasado,
que la vida es un río que jamás se detiene
y que estoy a tu lado; a tu lado, por siempre,
y que estoy a tu lado; a tu lado, por siempre.

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