A veces ocurre que la noche es demasiado larga
y los sueños muy cortos
y que juegan los fantasmas en el borde de la cama.
A veces ocurre que la vida es un trago de tequila
y vamos buscando la sal y el limón
en otros, siempre en otros,
y nos sobra bebida pero no corazón.
A veces ocurre que pintamos mañanas
y el pincel es tan fuerte que se rompe el papel
y por esa grieta los sueños se escapan,
la esperanza se escapa y la paciencia también.
A veces ocurre que despierto sola,
que camino perdida, que vuelo a oscuras,
a veces ocurre que no sé quién sobra:
¿el camino o el destino? ¿la luz o la sombra?
A veces ocurre que tropiezo contigo,
que confundo tu nombre con la voz del silencio,
a veces ocurre que me paro y elijo
y nunca queda uno en la balanza del olvido.
A veces ocurre que pienso sin cuidado,
que siento mucho o me importas muy poco,
a veces ocurre que dos son demasiados,
que le temo a perder si soy yo la que ata los cabos.
A veces ocurre que el amor es extraño,
que confundo ser libre con la soledad,
que vivir es vivir siempre a mi manera,
que no tengo ni costumbre ni ganas de negociar.
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