viernes, 29 de mayo de 2009

De tiempo y acuarelas.

El sol, que se esfuerza en apretar firmemente los contornos del tiempo, hoy va perdiendo la batalla a deshoras. Resulta que ahora es demasiado difuminado y ya, demasiado preciso, y no se me ocurren más palabras, y es que tecla a tecla se desmoronan los segundos entre los dedos mientras la Luna me guiña un ojo desde el cielo. Y ¿qué le voy a hacer, si no puedo resistir su llamada? Con ella los minutos carecen de importancia, las letras siempre son exactas, y la vida... La vida se vuelve sueño, y el sueño, la esperanza debida. Y no, ni me faltan orejas ni me sobran pinceles, pero vino a mí como una tentación y no quise dejar de probar su color en este cuadro. Acuarelas, eso es lo que faltaba. Una aguada insomne de medias inspiraciones y ganas intactas. Y aquí se acaban los trazos, abajo a la derecha. En el sureste descansa así el peso del mundo.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Pirómana accidental.

Sin darme cuenta dejé la mecha encendida. Y ahora el mundo está ardiendo tan bellamente que no sé cómo no pensé antes en prenderle fuego. Hasta las sombras son hermosas, danzando y girando entre luces rojizas y anaranjadas. Hay llamas azules y verdes también, el miedo no se ve como un infierno horrible, sino como una estrella que nace repentinamente, se expande y se marchita. Y aquí estoy, convirtiendo en cenizas esta realidad que no me gustaba, y ahora es tan magnífica que me pregunto cómo puede ser algo tan distinto al morir. Me complace saber, sin embargo, que la muerte, al menos aquí, es terriblemente perfecta y armónica, como un afilado corte en la corteza vital del cosmos.

domingo, 24 de mayo de 2009

Fantasmas del recuerdo.

Los fantasmas del recuerdo son peleas de palabras sin sentido, son vientos de colores que se mezclan, son océanos de olores que se funden con la tierra del sonido, son sensaciones evanescentes como el humo, son jirones de sabor en los labios. Los fantasmas del recuerdo son sólo eso, fantasmas, que aparecen de repente a media luz y amenazan con hundirse entre las sombras del olvido antes de contarte los secretos, haciendo germinar la semilla de la duda. Pero el pasado es pasado, y los caminos del ayer no se pueden volver a transitar, porque son polvo que se esfuma a nuestro paso.

sábado, 23 de mayo de 2009

Lluvia de verano.

Lluvia fresca sobre la piel, por fin algo que se lleva consigo el calor sofocante, el sudor y los nervios por igual. Me siento líquida y transparente. En el momento más inesperado me cubriré de arcoiris, lo sé. Ahora toca tomar aliento y empezar la carrera. Ritmo constante, como ese latir que palpita al unísono cayendo de las nubes y hace vibrar la tierra, que comienza a sonar al compás. Un-dos-tres, un-dos-tres, un-dos-tres, un-dos-tres, un vals in crescendo, refinado al principio, medido, estudiado, armonioso, que pronto se convertirá en una danza primitiva, caótica, sagaz e imponente. Irá del agua al fuego, fundiendo, evaporando, sublimando, y no habrá yo por unos instantes, será todo vapor y llamas y viento, pero cuando vuelva seré la brisa y el sol y el océano, y dejaré huellas en la playa.
Porque por mucho que traten de borrar nuestro paso las olas, debajo de la arena hay una memoria primigenia que recuerda cada camino. Y pienso correr y recorrer los sueños, andarlos y desandarlos, y haré con mis pisadas un cauce donde fluirán los miedos hasta perderse en el mar.

domingo, 17 de mayo de 2009

Hasta nunca.

Y se calla la voz que anuncia el final
de la comedia del día: "c'est finni,
au revoir". Y las palabras de oir
tanto ruido se esconden deprisa.
Y me pregunto si ves la ironía
de cada silencio, que solo se siente
si un sonido lo corta en pedazos.
Hoy voy remendando con luz
las heridas del tiempo
que aún no han cerrado, hilo el cañaveral
de la orilla más fría del atardecer,
susurrando "lo siento" y "te extraño",
rematando con un "hasta otra" el punteo,
y te ato y desato recuerdo a recuerdo
pues me sé de memoria el color
con que trazas tus sueños,
y la ruina y la tregua y la rosa
de tus más sinceras sonrisas. Pero
no transfiguro tu nombre, lo mantengo
cubierto de escarchas y brumas.
Que la lluvia difumine tu rostro,
mas no habrá en el mundo un diluvio
capaz de borrar de mi vida
la sombra de un amor que fue tan profundo.


Lo reconozco, me volviste a pillar desprevenida, pero esta vez las únicas lágrimas fueron de risa, de pura incredulidad. Piensas que me castigas con tus palabras, pero "venganza" pierde su amenaza cuando la esgrimes en nombre de un diós en el que hace mucho que dejé de creer. Cosas como estas me hacen pensar que quizás nunca te conocí de verdad, que tenía la proverbial venda sobre los ojos y no pude verte tal cual eras. Cuando pienso en lo que te has convertido no puedo evitar la sensación de que me alejé a tiempo del ojo del huracán.

Ahora ya no hay hueco para "lo siento" ni "te extraño". El tapiz está acabado ya, lo guardaré en un rincón de la memoria tan solo porque olvidar no está permitido. De los errores se aprende, ya ves, incluso de los errores de otras personas. Ya no me volverás a decepcionar, eso se ha terminado, igual que todos los hilos que cruzaban nuestras vidas. He decidido coger las tijeras y tejer el punto y final. Hasta nunca, Alberto. Hasta nunca.

sábado, 16 de mayo de 2009

Acompáñame.

Acompáñame a querernos como nadie en esta tierra,
a ser todo y nada a un tiempo, a perdernos en el aire,
acompáñame a borrar las distancias y fronteras,
a escuchar pasar la vida mientras somos como antes.

viernes, 15 de mayo de 2009

Tregua.

Como se revela la luz en las manos, calles de sombras y sangre luminosa. La oscura opresión en las palmas contra la nitidez de los dedos. Guerra abierta de nudillos y lineas del destino. Dos lunares -una luna y un sol, para ser más precisos- detienen el pulso en el instante exacto. Tregua por hoy, hora de difuminar los estragos del sueño. Y la nada se abre camino, consumiendo esperasdeseospromesas del amanecer y se hunde victoriosa en la calma, bandera blanca-negra alzada como una muestra de locura mal dirigida. Ya no queda metralla en los rincones, pasan revista al ejército del corazón y ¡oh!, sorpresa no del todo inesperada, hay muchos espías cruzando las fronteras. Es tiempo de estrategia y reflexión tras los fusiles.

jueves, 14 de mayo de 2009

Estrellados.

Y caíamos cargados de luceros,
colmados de calma,
clamando canciones, calor y fronteras,
llamando en la noche a la luz
que nos hundiera,
"Si son impares,
te reto a buscar todas las parejas
y la que esté a solas será tuya y mía"
y empecé a contar estrellas
para no olvidarte,
y decidí apagar el cielo
para no engañarte,
y dibujé mil ilusiones
para regalarte,
y dejé en vela al corazón
para poder amarte...

miércoles, 13 de mayo de 2009

Pedazos.

Sin un Don Juán que escarmentar, sin un minuto de memoria, sin un final, con un zaguán repleto de historias que contar, ¿si huye el viento dónde vas?, salir, gritar, vivir, matar el miedo y reanimar las horas, remendar los sueños y hayar en cada minutero derrotas y victorias.

lunes, 11 de mayo de 2009

Imágenes.

Un pincel de colores,
una esquina,
tres o cuatro paredes,
los amores que me tienen inquina,
amistades mejores,
una lima en el corazón
para romper las rejas,
un papel
y en el medio un borrón
de mis noches en vela.

lunes, 4 de mayo de 2009

La música de las palabras.

Fueron cábalas de dioses sin nombre, libres en ausencia de letras, de notas, de cuerdas quiméricas, hasta que el tiempo hizo acopio de fuerza y confluyó en su origen, formando un destino plagado de memorias errantes. Llegó la lluvia soleada a componer matrices incuestionables de caminos divergentes, cada uno diferente, malditos o bendecidos por la determinación -nunca lo supieron realmente-. Se repartieron entre las líneas de pentagramas superpuestos entre universos paralelos, divagando a su manera acerca de realidades alternativas, todos absolutos y nadas relativas, tratando de no abarcar el infinito al bostezar, por miedo a destrozarse a sí mismos y tener que reconstruir sobre ondulaciones muchas veces remendadas, plagadas de fracturas invisibles. Vibran todavía de estrella a estrella, de piel en piel, como un mar embravecido a media tarde. Vienen y van, bailando al compás que la vida y la muerte marcan, con un tempo concreto, más lento cada vez, aunque nunca detenido. Están dentro y entre nosotros, como una melodía inaudible -ineludible- que va contando una historia. Nuestra historia. Y esa es la magia de todas las palabras.