viernes, 15 de mayo de 2009

Tregua.

Como se revela la luz en las manos, calles de sombras y sangre luminosa. La oscura opresión en las palmas contra la nitidez de los dedos. Guerra abierta de nudillos y lineas del destino. Dos lunares -una luna y un sol, para ser más precisos- detienen el pulso en el instante exacto. Tregua por hoy, hora de difuminar los estragos del sueño. Y la nada se abre camino, consumiendo esperasdeseospromesas del amanecer y se hunde victoriosa en la calma, bandera blanca-negra alzada como una muestra de locura mal dirigida. Ya no queda metralla en los rincones, pasan revista al ejército del corazón y ¡oh!, sorpresa no del todo inesperada, hay muchos espías cruzando las fronteras. Es tiempo de estrategia y reflexión tras los fusiles.

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