jueves, 11 de junio de 2009
Filosofía de la felicidad.
Si pudiera no sentirme insatisfecha por las cosas que no puedo sacar de mi cabeza... Si pudiera no echar de menos lo que perdí, lo que abandoné, lo que destruí... Si pudiera volver hacia atrás aún seguiría estudiando, seguiría diciendo adiós y volvería a no dejar salir las palabras, pero aún así las consecuencias pesan, el corazón tiende a encharcarse de vez en cuando y hoy es día de goteras. Así que lo soluciono dejando que se inunde todo, no soy de las que ponen parches, tan sólo hacia fuera, que no se vean las costuras rotas... Hoy me faltan el hilo y las ganas para coserme, no es buen momento para rehacer todo de nuevo pero es lo que toca. Es lo que toca. Por lo menos es tiempo de helados de chocolate y películas para llorar calladita, sin que nadie escuche.Viene bien el silencio, es algo que nunca está de más. Y hoy lo agradezco, apago con él los sollozos y me echo a dormir. Mañana será un día mejor. Lo sé, no es que lo crea. Nunca me permito más de un día cada cien, porque no lo necesito, ni lo quiero. Es la filosofía de la felicidad. Carpe diem, carpe horam. Incluso cuando sea la hora más oscura de la noche, recuerda que entonces las estrellas brillarán con más fuerza. Carpe noctem.
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