jueves, 11 de junio de 2009

Sin fecha.

Otro escrito que viene de las marismas del recuerdo. Parece que todo está lleno de barcos hundidos y tesoros inesperados. Y óxido, tanto óxido que ya no cortan las palabras. Pero hace tan poco que empecé a escribir sin intención de afilar los bordes que de vez en cuando se agradecen agujas y puñales rasgando el tiempo. Aunque estoy tan en desacuerdo con mi yo de hace unos años que igualmente una rosa sin espinas me haría sangrar de alguna forma insospechada. Con esta poesía, por suerte, no podrían herirme ni los puntos finales, que realmente nunca acaban nada.

···

Encontré tu llanto entre rayos de sol
y una lágrima suicida me confesó
que había guerras en tu corazón
y quise aliviar el dolor.

Sé que esta noche tiraste la razón a la basura
y que estuviste a solas charlando con la Luna,
sé que te ha dado malos ratos la Fortuna
y que te cansaste de encontrar a tu cordura
cada mañana en los brazos de la locura.

Sé que tu alma se ha perdido en los infiernos
y que no encuentras la salida al laberinto,
déjame traer calor a tu eterno invierno,
mi amistad te servirá de abrigo.

Quiero enseñarte a ver la luz
que brilla en tu interior,
entiende que no hay nadie como tú,
deja que el llanto huya de tu voz
y grita si quieres gritar,
pero no vuelvas a llorar otra vez
y vuela si puedes volar,
abre las alas, yo te cuidaré.

Escapa donde nadie te pueda molestar,
si ellos no entienden no tienes por qué escuchar,
si te traicionan, nunca fueron buenos para ti,
si te abandonan, recuerda que me tienes a mí.

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