sábado, 20 de junio de 2009

Manías.

Soy del tipo de personas que dicen todo con retraso. Todo. Incluso cuando retrasarse implica perder la oportunidad de hablar, incluso cuando tomarse un segundo tiene como consecuencia no tener más segundos. Es una fea manía que no consigo quitarme de encima, pero ahí está, y tengo que convivir con ella. Como la de mover siempre las manos. Por eso escribir es algo casi terapéutico para mí, me permite encuadrar mis dos grandes manías y convertirlas en algo productivo: la de no tener las manos quietas y la de decir todo con retraso. La primera me lleva a escribir físicamente, la segunda, virtualmente. Esos segundos perdidos llevan al pensamiento a madurar, a formarse del todo y a echar raíces. A veces, raices extrañas, inesperadamente profundas, otras se elevan hacia el cielo buscando una lluvia demasiado lejana. Y así es mi mundo, arraigado hasta en el aire. Pero esa no es la cuestión ahora. La cuestión es que hoy traigo palabras que surgieron demasiado tarde y no llegaron a los destinatarios. Aquí las traigo, para que salgan a la luz como todas las demás.

···

Nos hemos encontrado en una parte
-en cualquier sitio-
donde el aquí y el ahora
tienen todo su sentido.

Aquí empiezan kilómetros de recuerdos,
aquí se acaba el tiempo compartido,
aquí fuimos conocidos, amigos y amantes
y ya no somos nada,
un vacío en la memoria, un punto aparte.

Ahora acaban los duetos y los unos mal contados,
ahora comienza a formarse un horizonte
de segundos llenos de fronteras,
el pasado empieza ahora a ser el mío
y sin horas se han quedado los latidos.

Ya no hay instante ni espacio para amar,
aquí no caben más biparticiones,
ahora sólo hay relojes para olvidar.

Tic, tac, tic, tac, tic, tac.

Y el mundo se detiene a escuchar
mientras el mío escapa sin mirar atrás,
porque si paro volveré a encontrar el lugar exacto
donde cederle tiempo al tiempo de recordarte.

···

Bebí de tus caricias como agua en el desierto,
llené con tu mirada el océano de mi alma,
cruzamos los caminos, mezclamos horizontes,
perdimos el miedo al ayer y al mañana.

Y ahora no hay nada bajo el cielo,
salvo restos de pasado que vuelan en el viento
y dos heridas sangrantes a un lado del corazón:
gota a gota morimos los dos,
latido a latido vivimos sin voz
y vamos perdiendo camino al adiós
una parte de nosotros que en el otro quedó.

He pintado sonrisas para guiarte en el viaje,
yo ya llevo conmigo los recuerdos de antes
y aunque intento enseñarte a seguir adelante
es difícil hacerlo cuando quieres atarme,
cuando quieres volver y me ruegas llorando
que me quede a tu lado, que te siga amando.

Me siento culpable por no haber podido
rescatar mi amor de las garras del olvido.

···

Quiebran los sollozos todos los espacios,
entre líneas mato lo que tanto amé
y esa fe en que todo fuera bien contigo
ahora va quemando sueños del ayer.

Quedan aún tormentas dentro de mi cuarto,
más de mil pedazos que no reparé,
ganas de perder la guerra contra el olvido
y un sueño que pinta tu nombre en la pared.

···

Vuelo desenredando infiernos,
cortando las nubes de tormenta con mis alas,
intentando arrancar los recuerdos
que apresan mi alma.

Fue un sueño, mi mundo onírico,
humo y fantasías en horizontes sin fin,
mariposa nocturna, desperté en el ocaso
cuando mi sol se escapó junto a ti.

¿Dónde está el cementerio de las horas perdidas?
¿Dónde van los olvidos que no quieren morir?
¿Dónde quedan los deseos una vez se han cumplido?
¿Dónde caerán las lágrimas que lloran por ti?

Estoy buscando el lugar
donde la sombra de la despedida
no oscurezca cada despertar,
donde pueda seguir adelante con mi vida...

Ya es tarde, la noche está cayendo,
el viento trae olores que me hablan de tu pelo
y la sonrisa de la luna me muerde desde el cielo.

Fuiste la locura en tiempos de cordura,
el viento que me trajo hasta el ojo del huracán,
la risa de mi alma, la piel de la ternura
y ahora eres un nombre que no quiero recordar...

¿Dónde está el cementerio de las horas perdidas?
¿Dónde van los olvidos que no quieren morir?
¿Dónde quedan los deseos una vez se han cumplido?
¿Dónde caerán las lágrimas que lloran por ti?

Estoy buscando el lugar
donde la sombra de la despedida
no oscurezca cada despertar,
donde pueda seguir adelante con mi vida...

Estoy buscando el lugar
donde la sombra de la despedida
no oscurezca cada despertar,
donde pueda seguir adelante con mi vida sin ti...

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