lunes, 7 de diciembre de 2009

En la estela del corazón.

I

Hay veces que un silencio vale más que mil miradas
y hay otras en que lo único que faltan son palabras,
hay veces que callar es la respuesta más correcta
y hay otras en que todo lo que dices sale a cuenta.

II

Sin voz y sin disfraces
hoy comprendo
que pase lo que pase
no hay misterios
si amar es lo importante,
que el tiempo al tiempo
sólo llega a quien comienza el viaje,
que los momentos
son todo y, ante todo, son fugaces.

III

Y aún así, qué increible es sentir
las dolorosas huellas de la expectación
cuando el instante se avecina
y sólo queda esperar la invocación
de la memoria que olvida recordar
las directrices de la linealidad
y logra hacer que el corazón
viva a la vez lo anhelado y lo cumplido.

2 comentarios:

GRHACOS dijo...

me encantó este poema, es muy bello y muy cierto, saludos

Lady_Fenix dijo...

Me alegro de que te guste Grhacos, muchas gracias por el comentario. Un abrazo!