martes, 22 de septiembre de 2009

Cruzando al otro lado del espejo.

Ven Alicia, ven, que llegamos tarde,
que hay humo en los andenes
y se nos van los trenes a ninguna parte.

Los reflejos que se duermen
no esperan a nada
y sueñan que sueñan contigo.

La mañana que se enciende
no entiende de juegos
sin malos y buenos amigos.

Y se pone a escuchar su voz
la cantante del grupo Olvido
y piensa que canta conmigo.

¿Reirán las lágrimas
tanto que llorarán
gota a gota todas las historias?

¿O será prisionero
el mundo entero
si le ato los zapatos al fantasma del miedo?

Cruzando al otro lado del espejo
daré la vuelta a todos los problemas
e irán las estrellas a colgarse en el cielo
y perder no será perder, será encontrarte.

Ven Alicia, ven, que llegamos tarde,
enseñame el camino a aquel bello lugar
donde van las horas y se sientan a charlar.

Los silencios que relucen
se entretejen con el viento
para hablar a su manera al corazón.

Las caricias que despistan
se debaten prisioneras de la duda
entre desaparecer o tener valor.

Y se pone a bailar al compás
el tempo de los besos-no-dados
y no sabe que este es su último tango.

¿Mirará la cordura
a la locura
y sabrán que es imposible encontrarse?

¿O irá el amor
a quemar la distancia
que hay entre corazón y corazón?

Cruzando al otro lado del espejo
haré de cada oscuridad mi poesía
y todo lo demás será volar sin frenos
y buscar no será buscar, será encontrarme.

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