domingo, 27 de septiembre de 2009

Una promesa inquebrantable.

Mañana comienza todo de nuevo a ser comprendido y a ser maniatado. No se acaba el tiempo si miramos un segundo más aprisa que el miedo, así que correremos más para no detener el corazón de los cielos que nos esperan cada día. Podremos respirar si gritamos alto que jamás perderemos el ritmo por muy difícil que sea el camino. Las promesas se hicieron para romperse, pero esta será eterna. Hoy prometo no rendirme nunca.

No hay comentarios: