Déjame que cuelgue el cielo en tu sonrisa,
que ponga estrellas a tu vida
para que nunca vuelvas a perderte.
Déjame que te prepare a fuego lento
el perfume de los sueños
que te quedan por cumplir.
Déjame que te inunde de caricias
en lugares donde el miedo
no se atreve a sonreir.
Y si dejas que te diga unas palabras
antes de que el mañana
nos obligue a despertar:
quiero ser por ti la que deseas,
la que piensas, la que sueñas,
la que tú puedas amar.
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