domingo, 22 de marzo de 2009

Rumbos divergentes.

Trato de convencerme de que no has cambiado tanto como parece, aunque es difícil. Me estás volviendo loca con lo que no dices pero no te callas. Sabes cómo encontrar mis puntos débiles pese a estar tan lejos que el viento no es el mismo, y sólo con un espacio en blanco eres capaz de hacerme tropezar con tu dolor. No sé qué pretendes conseguir, pero a pesar de lo que hagas no voy a sentirme culpable. Te fui sincera hasta el último momento y por lo menos puedo decir que fui yo la que tomé la decisión e hice lo que hice porque YO sentía que era lo correcto. No puedo decir lo mismo de tus acciones, ya no sé cuando eres tú o cuándo otra persona mueve los hilos, pero no voy a perder el tiempo intentando descubrirlo. Allá tú si quieres vivir tu propia vida o la que otros quieren que vivas. Yo ya no voy a estar más para quitarte la venda de los ojos, me cansé de sostener tu mundo entre las manos para que eligieras el camino por tu cuenta. Es hora de que vueles sin mí, espero de verdad que no encuentres vientos en contra ni tormentas que te aparten del rumbo que quieras seguir. Lo que me pregunto es, ¿será el rumbo que tú eligas o el que creas que has elegido?

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