sábado, 31 de octubre de 2009

Conversaciones.

Hay un viento de luz
que suspira cansado
cuando caen al salir
las estrellas dormidas
y el otoño que ríe lacera el silencio
como los manantiales que surgen del día.

Hoy no quiere escuchar el recuerdo
las promesas que guardan
cada noche tus manos
y el Octubre que pasa te mira de lado,
porque aún no fingiste vivir despistado.

Y yo que retengo miradas
como las prisioneras
de un millón de victorias
sólo pienso en llegar pronto a casa
y contarte al oído que me sé de memoria
tu miedo, tu olvido y tus ganas.

Si queremos bailar no habrá historias
sobre líneas torcidas entre bifurcaciones,
que de tinta de ayeres no me sobran pinceles,
los gasté de pintar tu sonrisa en todos mis rincones.

¿Y no quedan tampoco colores
de esos que me enseñaste
a esparcir por tu piel?

Por quedar, aún nos queda el mundo entero,
que es como una extensión
de tu cuerpo y mi cuerpo.

¿Y por qué no intentamos alcanzar
ese cielo que escapa
cuando tú ya no estás?

Porque, amor, si no hay nada imposible,
no podríamos permitirnos
el lujo de soñar.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Pecado capital.

Al final todos somos lo mismo, susurros de verano en el eco del olvido. Ahora que nunca perdono, quisiera encerrar la paz del miedo donde tan solo el invierno se atreviera a caminar y borrame el rostro con tus manos a este juego original de perder la partida con el pecado capital de pensar que no nos quedan despedidas, de creer que nunca habrá felicidad.

martes, 27 de octubre de 2009

Durmiendo.

Durmiendo en el lugar donde lloran las sonrisas, donde el sueño nunca vuelve a despertar, donde el tiempo no existió, donde todo es imposible menos respirar. Aquí para hasta la lluvia que se aleja, pero no huyas porque esta última tormenta la tenemos que enfrentar. Al fin el sol hará callar a las estrellas, con la voz de una esperanza que aprendimos a esperar.

lunes, 26 de octubre de 2009

Redefiniendo conceptos.

Te miro y me miras
y a ojos de las calles
somos dos desconocidos
que algo traman y algo esconden
pero lo que nadie sabe
es que hoy gritarás mi nombre.

Léelo como una vaga prueba de mi sentido erróneo del pudor:

"Nombre genérico de las piedras preciosas, principalmente de las denominadas orientales."

Así, gemir adquiere un nuevo significado, ¿no crees? Decirle al mundo en clave el nombre de tu amante. De momento, me quedo con esta definición:

"Dícese del verbo epónimo que describe la acción innata de trastornar el mundo mientras se susurra al oído."

A veces me sorprende el poder de la palabra.

domingo, 25 de octubre de 2009

Demasiado.

A veces somos más que demasiado:
el grito en el silencio,
caricias mojadas en la lluvia,
un beso en la frente para apartar el miedo.

Yo todo lo que quiero
es no sobrarte nunca
ni en tiempo ni en espacio,
llenarte de alegría
de formas que aún ignoro
y verte sonreir como hacen pocos,
con la ilusión de un niño.

Sostén mi mano, que el mañana viene
corriendo y empujando,
y dime al oído que nunca seremos
más que demasiado para el otro,
prométeme que el cielo siempre será
el lugar donde estemos los dos solos.

A veces somos demasiados,
pero si somos dos, ninguno sobra.

sábado, 24 de octubre de 2009

Otra Julieta.

Sabe que en el fondo está destinada a perderle. Porque lo ha visto en las aguas del olvido. Porque lo siente bajo la piel como un río que la arrastra y la ahoga. Porque desde el mismo momento en que le conoció, supo que nunca habría un final feliz para su historia. Y aún así... aún así no puede alejarse de él, porque en cierta manera quiere sentir lo que algún día ya no será suyo, pero que ahora le pertenece.

jueves, 22 de octubre de 2009

Espada.

Se fugó la distancia a besarle las horas al cielo, se atrasó el reloj de cuidarte los sueños y rompí sin querer los hilos que ataban la espada que corta los miedos. Me pregunto si no será que se ha afilado en los nombres de dolores antiguos y no sabe si lanzarle un tajo a la vida o coger y quedarse dormida hasta que el viento amaine. No debí de mecerla en la lluvia escuchando mareas, ni debí de forjarla en el fuego de mis ilusiones, porque son como el viento que nace en un tenue suspiro, que desata tormentas donde habrían de alzarse orgullosas un millar de voces.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Dices.

Dices "nada"
como si fueras a marcharte otra vez
con la esperanza metida entre los pies
maldiciendo madrugadas.

Y dices "todo"
como si el tiempo lo quisiera al revés
y el silencio que no cabe en tu piel
se sintiera solo.

Y dices "siempre"
como si fuera una palabra prohibida
que se te clava y te quita la vida
jurando eternamente.

Y dices "nunca"
como si un fuego te quemara los labios,
ajeno a aquellos que mienten a diario,
sin duda alguna.

Y dices "te quiero"
como si el cielo amaneciese en tu voz,
a un lado el mundo y al otro el corazón
y eres sincero
y hay algo inexplicable que nace entre los dos.

martes, 20 de octubre de 2009

Lluvia.

Lluvia, que desdibuja el cielo,
que redescubre todos los olores,
que invita a resurgir como hace el viento,
que empaña y hace nuevos los colores
y transfigura todas las fronteras,
que juega con el frío a desnudar
el alma tras la niebla del cristal
y dibujar el mundo a tu manera,
que hace del vaivén su cometido,
del sueño su antifaz más escondido
y de la eternidad, su última risa...

Lluvia, que liberas y anticipas,
concedeme escuchar siempre tu voz.

lunes, 19 de octubre de 2009

Caminar.

Caminar es más que eso
al seguir los pasos del viento
que va corriendo siempre y nunca para
salvo al amanecer, entre las rocas,
en un manantial de sombra sostenida
que luego se transforma en alborada.

Caminar es respirar al tiempo que el mundo,
tomarle el pulso al corazón de las constelaciones
y bailar al compás de la sustancia,
como un furioso vals entre lo sacro y lo profano
y clavar los piés más allá de lo humano,
donde hasta lo impensable carece de importancia.

domingo, 18 de octubre de 2009

Tiempo.

Al despertar reclaman las alboradas
su pedazo de historia interminable,
no en mano de Ende, sino en la del universo,
el de tembloroso trazo de horas difuminadas
por el polvo corrosivo de eras inmortales.

Interminable el día, renueva oscuro su cauce
sobre el río celeste de aguas turbulentas,
lleva a ocupar tormentas a la inconstante aurora
y cierra torpemente las puertas de la memoria
con nudos de preguntas que no tienen respuesta.

Y llega el ocaso desentrañando el mundo
con dedos hábiles que todo lo acarician,
asiendo dulcemente la tregua entre sus brazos
para parar la guerra entre noche y día
tan sólo por un instante, fingiendo ser amado.

Inmensa la noche, gira con más luz a cada espera,
desesperando permutaciones imposibles
de una lluvia y un silencio y la certeza
de contener el aliento de la eternidad
al levantar en vuelo el sueño irreversible.

Y así transcurre el tiempo inexorable
tras las fronteras de un cielo que alcanzamos
y dócilmente dormimos en las manos,
sin percatarnos de sus afilados dientes,
que un día habrán de doblegarnos.

sábado, 17 de octubre de 2009

Epitafio (porque nunca se sabe...)

Ojalá quede algo de mí para el mañana,
un espacio vacío de silencio
de entre toda esta jungla de palabras,
para poder enredarme en algún corazón
y hacer de mi pasión un universo
y perdurar en alma entre mis versos.

Tal vez no esté despertando aquí las voces dormidas,
sino escribiendo un remedio para la memoria.

Porque el recuerdo es relativo,
pero el olvido, si nos alcanza de verdad
será por siempre,
y quiero de alguna forma mantenerme viva,
eterna en el sentido cotidiano
de ser palabra y voz y todavía
sentir el mundo como si fuera humano:
mortal, que se nos viene encima,
hermoso, omnipotente y mercenario.

Y he aquí una suerte de epitafio
por si acabo mi viaje antes que tarde:

"Cuando falte latido en este pecho,
cuando duerman por siempre mis sentidos,
dejadme ser el agua, probar el aire,
flotar y formar parte de esta tierra,
que vida hace brotar y vida entierra,
y transformad mi cuerpo en cenizas
y guardad una parte en el corazón del mundo,
otra en el mar que atesora y eterniza
y la última, echarla a volar en Finisterra,
pues en donde yo estaré, la única prisa
será la de encontrar el fin del tiempo
y ocupar el último bastión de la alegría,
más allá del Sol y las estrellas."

viernes, 16 de octubre de 2009

Quien quiero ser.

Contando vidas inevitablemente
como una pendiente de palabras
que caen y tiran, que me atrapan sin parar:
quien te mira y quien te ve,
quien se oculta cuando hablas,
quien olvida o quien te deja de querer...

Y tropiezo contra el miedo
de no ser quien quiero ser,
de esperar por mucho tiempo
o de no esperar jamás,
se me enreda entre los pies
distinguiendo entre personas
quien te escucha y quien te oye,
quien te deja y quien se fue,
quien se marcha y quien se aleja,
quien te guía si no ves,
quien te lleva sin dudar
donde nada hace daño,
ni siquiera recordar...

Y entre tanto parpadeo
ya no anhelo despertar,
porque hay quien siempre encuentra
cuando no quiere buscar,
quien se estrella y quien te da
las palabras necesarias
para cuando hay que callar
si el silencio es lo que vale
atrapar la libertad.

jueves, 15 de octubre de 2009

Mil cuentos y uno más.

Mil cuentos para regalarte
se me hacen pocos cuando ya te has ido
y queda un final más para el olvido,
uno de noches en que desvelarte
y desnudarte así, como en los sueños,
a llama en piel y a besos en los labios,
a caricias al borde del suspiro,
a vida entera a bordo de tu cuerpo,
mil cuentos para estar contigo
y uno más para recordarte
que nunca debes darte por vencido
porque siempre estaré para reinventarte
y hacer de tu ilusión un destino
y convertir tu luz en estandarte
para que nunca pierdas el camino
y luches con valor cada percance.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Pedacitos de aguardiente.

Nunca es tarde para ahogar el miedo
con el nudo de los sueños
o el alcohol de los deseos,
un tequila a media tarde
que nos sepa a vino añejo
es suficiente para olvidarte
pero no para ir al cielo
y se me escapan las mañanas
entre vasos de aguardiente,
si es que hubo un mal traspiés
no consigo comprenderte
en las noches desveladas
me ha atrapado la corriente.

Y dirás "qué mala suerte"
pero en el fondo no importa
porque ahogarse en los recuerdos
es mejor que volar sola
y a estas horas necesito
aparecerme en tu piel,
desvanecerme un instante
para regresar después
convertida en la nostalgia
de quien no sabe esconder
la tristeza en la sonrisa
ni la lluvia en el papel.

lunes, 12 de octubre de 2009

Lo innombrable.

Mareas oscuras encienden el cielo:

un nombre-humareda se diluye en sueños
y de repente me roba un latido a destiempo,
¿cómo guardo ese tiempo de alborada de luces
si las sombras aguardan y tus ojos seducen?

Que me lleve el infierno si consigo entenderlo.

Caminos.

Hay caminos que se hacen largos porque los sigues y nunca acaban y los hay que se hacen cortos porque te persiguen, pero quisieras no tener que llegar al final.

domingo, 11 de octubre de 2009

Microrrelato II. Mirada felina.

El gato esquivaba los cadáveres, husmeando algún que otro bolsillo en busca de chucherías, arrancando de cuando en cuando pedazos de carne de los miembros amputados que llenaban las calles. Compartía el festín con cuervos, ratas, insectos y algún que otro buitre que se había desviado de su ruta migratoria por el olor a sangre que el viento le había llevado. Había suficientes cuerpos para alimentarlos a todos durante semanas.

El gato levantó la cabeza al percibir un sonido que provenía del hotel del pueblo. La puerta se había abierto con un chasquido y bajo su dintel una figura humana oscura e inquietante se relamió los labios a la vista de la matanza que había producido. Cuando se percató de que el gato lo miraba sonrió, se agachó y le ofreció un bombón de chocolate. El felino se acercó confiado y cuando estuvo a su alcance, el hombre le arrancó los ojos y se los metió al bolsillo.

sábado, 10 de octubre de 2009

Microrrelato I. Silencio mortal.

Pirenna mordió pensativamente la manzana. A sus pies, un sirviente masajeaba sus dedos con devoción. A su espalda quedaba la visión de la ciudad ardiendo. El perfume eclipsaba los olores de la muerte, pero el sonido del crepitar de las llamas se colaba por los rincones como una funesta sonata.

-Eurínomo, toca el arpa- dijo Pirenna cuando el estruendo de un derrumbe cercano llenó la habitación. Las manos del chico temblaban.

-Mi señora, el incendio…

-El incendio no nos alcanzará, Eurínomo. Toca para aplacar a los dioses y nada habrá de pasarnos.

Pirenna fijó sus ojos marrones sobre los del chico, hipnotizándolo. El sirviente cogió la pesada arpa de ébano y sus dedos volaron sobre las cuerdas, creando una bella y triste melodía que apagó el sonido de las llamas. Pirenna comenzó a quedarse dormida mientras el humo llenaba la habitación. Las notas rompieron el silencio, más y más lentamente, hasta que la muerte puso fin a la canción.

viernes, 9 de octubre de 2009

Orgasmo.

Vibras en mi alma apasionada
como una luz espinada de delicias
que atraviesa fronteras en mi vientre
y soy tan tuya en ese instante de miradas...

miércoles, 7 de octubre de 2009

Fortaleza.

Poco a poco, con los años, nos cubrimos de pequeñas mentiras, de traslúcidos engaños; poco a poco, con las horas, nos llenamos de puñaladas por la espalda, pero eso nos hace fuertes. Estamos henchidos de fortaleza -fruto de cicatrices, cada muralla-, pero en el fondo lo único que deseamos es que alguien que lo merezca sea capaz de colarse dentro, muy adentro, en el mismísimo corazón de las emociones, y se quede allí compartiendo un espacio que sin nadie en él no valdría la pena defender.

martes, 6 de octubre de 2009

Todo lo mejor.

Podría pasarme la vida
trazando meridianos
que pasen por donde pases tú,
marcando cada una de tus sonrisas
con un lapiz rojo en el cielo azul.

Podría acariciar los susurros
que lanzas al viento
y colorear una foto en blanco y negro
con las acuarelas de algunos de tus sueños:
visitar Paris, caminar sobre el mar Muerto...

Podría volar contigo en el polvo de hadas
para encontrar y reconstruir de nuevo
los restos de la Atlántida,
navegar por la via Lactea
y, en lugar de estrellas, contar galaxias.

Podría transformar el plomo
en oro fundido entre tus labios,
llenar de locuras de amor los abismos
que se abren tras nuestros pasos,
decirle al amanecer que se convierta en ocaso.

Podría empezar a vivir
de aventura en aventura,
parando solo a respirar
el aire que viene del mar
rodeando con mis brazos tu cintura.

Podría darle al mundo todo lo mejor
que hay dentro de mí,
pero prefiero dártelo a ti
porque eres y serás siempre
la razón que tengo para ser feliz.

domingo, 4 de octubre de 2009

Contrasentido.

Hay tiempos de enredaderas
que cambian el sentido del mundo.

Oirás llover en los desiertos
y se secarán los mares
y los momentos se harán noches,
pero no huyas entonces,
porque tus sueños se volverán realidad.

sábado, 3 de octubre de 2009

Madrid.

Caminando sobre miles de pisadas,
cruzando plazas con olor a historia,
bordeando jardines de suelos milenarios
se me antojan las calles un desván de memorias.

Esquivando miradas tanto como personas,
desapareciendo entre ruido y gentío
empequeñeciendo bajo cada fachada,
se me cuela la tarde entre la piel y el olvido.

Renombrando cenizas donde ardieron fuegos
que aún no han apagado los cristales ni el acero,
aún dormita en ti la esperanza súbita
de perder las horas y ganar recuerdos.

No cambies la belleza de tus atardeceres,
que en cada anochecer se escuche tu canción,
Madrid indómita, Madrid erosionada,
no dejes que el pasado se quede con tu voz,
Madrid inconfundible, Madrid aletargada,
en cada piedra escucho tu arcano corazón.

viernes, 2 de octubre de 2009

Bienvenida al otoño temprano.

Creo que viene un cambio de estaciones,
con nieve esperando en todos los rincones
y olor a viejas primaveras en las tardes.

Las noches azules se están volviendo rojas,
el fuego del tiempo va quemando las hojas
y caen, caen con un susurro de pisadas ruidosas,
caen con una lluvia que despierta olores,
caen con la dulzura de un cerezo en flor.

Y yo sonrío mientras salto en los charcos,
volviéndome infantil como sólo Octubre sabe,
en el mundo dorado del inminente otoño.

jueves, 1 de octubre de 2009

A veces.

A veces quisiera tenerte en mi vida,
a veces recuerdo que nunca te olvido,
a veces te pienso, a veces no sigo
y empiezo de nuevo a guiar mi destino.

A veces soy niña y a veces el aire,
a veces me pierdo en los sueños de nadie,
a veces quisiera romper las distancias,
quebrar las fronteras, borrar la nostalgia.

A veces soy cielo y me cubro de estrellas,
a veces soy noche que duerme los sueños,
a veces me canso de verte de lejos,
a veces te busco y nunca te encuentro.

Errores.

¿Por qué tardamos tanto en reconocer nuestros propios errores? ¿Por qué nos resistimos a aceptar que nos equivocamos? Tal vez porque eso nos hace sentir que podemos estar haciéndolo todo mal.