Te miro y me miras
y a ojos de las calles
somos dos desconocidos
que algo traman y algo esconden
pero lo que nadie sabe
es que hoy gritarás mi nombre.
Léelo como una vaga prueba de mi sentido erróneo del pudor:
"Nombre genérico de las piedras preciosas, principalmente de las denominadas orientales."
Así, gemir adquiere un nuevo significado, ¿no crees? Decirle al mundo en clave el nombre de tu amante. De momento, me quedo con esta definición:
"Dícese del verbo epónimo que describe la acción innata de trastornar el mundo mientras se susurra al oído."
A veces me sorprende el poder de la palabra.
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