Podría pasarme la vida
trazando meridianos
que pasen por donde pases tú,
marcando cada una de tus sonrisas
con un lapiz rojo en el cielo azul.
Podría acariciar los susurros
que lanzas al viento
y colorear una foto en blanco y negro
con las acuarelas de algunos de tus sueños:
visitar Paris, caminar sobre el mar Muerto...
Podría volar contigo en el polvo de hadas
para encontrar y reconstruir de nuevo
los restos de la Atlántida,
navegar por la via Lactea
y, en lugar de estrellas, contar galaxias.
Podría transformar el plomo
en oro fundido entre tus labios,
llenar de locuras de amor los abismos
que se abren tras nuestros pasos,
decirle al amanecer que se convierta en ocaso.
Podría empezar a vivir
de aventura en aventura,
parando solo a respirar
el aire que viene del mar
rodeando con mis brazos tu cintura.
Podría darle al mundo todo lo mejor
que hay dentro de mí,
pero prefiero dártelo a ti
porque eres y serás siempre
la razón que tengo para ser feliz.
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