domingo, 27 de diciembre de 2009

Con el fuego del cariño.

Si detuvieran las gotas frías de tu mirada no dudaría en derretirlas entre mis manos, porque de ausencia solo congela la luz del alba y en el rocío de tu sonrisa yo me deshago. Y es que tal vez sea amarte mi único vicio y es un delito si te desvisto no desnudarte y recibir en los labios tu dulce rendición a mis encantos o retener tu caricia como rehén o equipaje que llevará a mi piel a volar en otros viajes... Y es que si nombras un cielo yo te lo pinto con acuarelas de infiernos porque al pintar tus resquicios se vuelven diablos los ángeles y tu voz un gemido que intenta en vano ocultarme los latidos de tu pecho con mil canciones cambiantes que se cuelan en los sueños y hablan de cómo olvidarte porque el camino es estrecho y sólo si tu vas delante pueden entrar los deseos, pero mi anhelo es quedarme siempre contigo en el lecho, donde nos quedan millares de recuerdos escondidos y duerme bajo la almohada un secreto compartido: el de quemar madrugadas con el fuego del cariño que no entiende de mañanas, ni de ayeres, ni de olvidos.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Confieso.

Confieso a medianoche como siempre,
cuando se abren ya las puertas del sueño
y los latidos son mucho más lentos
para aguantar el peso de los atardeceres.

Confieso mi pecado de lujuria rutinaria
por los besos y caricias que dibujo mientras leo,
por las ganas que se queman en el borde de los dedos,
por la senda del deseo en que se pierde
mi figura imaginaria.

Confieso mi delito de entregarme a los recuerdos
y a la certeza imborrable de que nada es como antes,
que los años ya no se miden por aventuras o abordajes
sino por ciertos sentimientos contagiados
por la intensidad de algún momento.

Confieso a medianoche como siempre,
cuando se apaga ya la luz del tiempo
y no importa quién le quita espacio al cielo
si es para alumbrar otros amaneceres.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Irrealidades.

I

Se ha olvidado la orilla del camino
de quitarle agujas a los pasos,
con los pies descalzos no camina el viento
pero se descorren los cerrojos
como una ráfaga constante de heridas.

II

No probaré la sangre,
el gusto es siempre dulce
y metálica la lengua
y acerado se queda el corazón.

Porque de huidas sabe el nombre de tus venas
y de encrucijadas las manos, nunca dormidas.

III

Dejaré la voz para mañana,
el tacto hoy es cumbre
de la cordillera abrupta del desprecio.

Querrás batir el agua, querrás tocar el fuego,
pero en la eterna calma del silencio
encontrarás fronteras
de largos saltos que cubren los secretos.

Oirás el escenario pulsátil de lo imposible
y alzará el coro su marea oculta
mientras se pierden tus labios en los gemidos
y tus ojos buscan, en vano, un asidero.

"Todo da vueltas, nada es fijo" dice el tiempo,
"jamás algo es igual, siempre es distinto"
proclama el espacio, y el acuerdo tácito
de confluir en otros cuerpos
nos atrapa lejos del allí y del pasado.

IV

Dame la espalda hoy, que el rostro frena
la tenue liquidez del estremecimiento
y toca tu reflejo, pues antes de llegar
tu habrás tenido que volver de mi intención.

Quiero ser doblemente conservada en tu memoria.

De hielo y de ruido, de arena aurífera
que corre abajo con vuelo errático
de éxtasis y suspiros y otros besos furtivos.

De placer y de temor quiero enredarme
en la tupida enredadera de tu pelo,
en la nube terrenal de tu pecho,
en la estrecha tempestad de tu cintura,
en la tranquila rigidez de tus dedos.

Ya no quedan horas,
sufren los minutos
porque contigo una micra es un paraíso.

Y todos sabemos que hasta eso está prohibido.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Sirenas.

Ahora que rescato infiernos de los desvanes del cielo me he acostumbrado a cualquier océano, como una sirena que en lugar de cantar va hechizando los infortunios. Y si me siguen los llevo hasta el abismo -ese que separa los sueños de las pesadillas- y allí caen para siempre y nunca regresan.

¿Y qué pasa con los príncipes?

Oh, lo cierto es que los cuentos mienten. Un príncipe jamás se acercaría a una sirena. No lo reconocen, pero les aterran las escamas. Realmente somos nosotras, las sirenas, las que tenemos agallas. No sólo literalmente, claro. Para nosotras es difícil que haya un final feliz, porque cada vez que intentamos decir "te quiero" sólo nos salen burbujas y cuando salimos afuera no tenemos voz -al menos, no una que puedan escuchar los humanos-. Así que cantamos con el ritmo de las mareas y el rumor de los mares, esperando que, en el fondo, algún hombre loco pueda escucharnos y tal vez, entendernos un poco.

lunes, 7 de diciembre de 2009

En la estela del corazón.

I

Hay veces que un silencio vale más que mil miradas
y hay otras en que lo único que faltan son palabras,
hay veces que callar es la respuesta más correcta
y hay otras en que todo lo que dices sale a cuenta.

II

Sin voz y sin disfraces
hoy comprendo
que pase lo que pase
no hay misterios
si amar es lo importante,
que el tiempo al tiempo
sólo llega a quien comienza el viaje,
que los momentos
son todo y, ante todo, son fugaces.

III

Y aún así, qué increible es sentir
las dolorosas huellas de la expectación
cuando el instante se avecina
y sólo queda esperar la invocación
de la memoria que olvida recordar
las directrices de la linealidad
y logra hacer que el corazón
viva a la vez lo anhelado y lo cumplido.

martes, 1 de diciembre de 2009

Viajera onírica.

Una ilusión que de repente es fuego y es infierno y se lleva el tiempo por delante, como si consumir latidos no fuera suficiente. Hace falta oxígeno, o de repente sobra, y la explosión de inminente pasa a ser inevitable en un sentido incriminatorio. Tal vez ni siquiera seamos los culpables, pero con ser testigos, es suficiente.

La ola del cielo se cernirá sobre nosotros, pero el calor será tan fuerte que atravesará los átomos y destruirá ataduras como lo haría el viento con la luz de la aurora. Y aún se oirá a lo lejos la sombra de aquello que lo inició todo, pero se habrá ido para entonces y seguiremos aquí, en el centro del mundo, contemplando la cadencia ondulatoria de los sueños que van haciéndose lentamente realidad.


Sobre el río reposa la ciudad aletargada,
aguamarina carmesí de la que nacen
siete descendientes proféticos sobre la isla perdida.
Un ojo sin pupila me llama desde el mañana,
velado por una niebla insomne
donde descansan sólo los que jamás duermen.

Cada día está más cerca.

Un paso más hacia el corazón de Albión.


Estoy deseando conocer Londres.

jueves, 26 de noviembre de 2009

A hurtadillas.

Tardé en recordar lo que dura medio parpadeo la pimienta y la sal de los besos de noche que duermen estrellas y me dio por gritar a escondidas a las puertas cerradas. Me olvidé de buscar en mis llaves el portal de tu cama y así espera mi luna perdida, de dosel en dosel, de ventana en ventana, susurrando bajito al oído que tus ojos me atan al rincón más hermoso y discreto del desván de tu alma, ese donde ocultamos miradas, celebramos sonrisas, traicionamos disgustos y también donde osé desgastar el placer y las ganas.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Ecuación vital.

Lo transparente se vuelve opaco con los años. Lo opaco se desintegra, y el polvo cubre cristales y espejos por igual, hasta que hay que esquivar ayeres para encontrar los ángulos refractarios del mañana. Lo simple se transforma en complicado, lo complejo, en imposible, y nos hacemos héroes con andar un solo paso hacia delante.

La ruta natural de la función consiste en ir de abajo hacia arriba, pero la gravedad del efecto dificulta ser la causa de una súbita ascensión. Tal vez es mejor así, desentendernos de los atardeceres en declive y acompasar el peso con la lluvia, esperando simplemente no ahogarnos en los charcos.

Si tomamos como punto de partida el principio de acción y reacción tal vez podríamos perder de vista la fricción onírica de la rememoración y comprender que, al fin y al cabo, la aerodinámica del corazón es siempre más rápida que la de nuestra mente y, por eso, jamás deberíamos permitirnos el lujo de hacer caso omiso a nuestras corazonadas. Porque el tiempo relativo es más lento visto desde el prisma de los sentimientos y el absoluto, de todas formas, no va a parar porque razonemos intuiciones.

En conclusión: vive, ama, siente, ríe y llora, es igual, lo importante es sentir. La vida está en función de dos cosas: el tiempo que vivimos y la intensidad con que lo hacemos. Hay que sacar el máximo partido a esta ecuación vital si queremos poder decir en voz alta "¡Sí, estoy vivo!". Porque vivir sin sentir es como no haber vivido.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Claves mnemotécnicas.

Firmando pactos con el olvido
para rememorar cada momento
y así cambiar los sueños por destinos,
y así pasar de ayeres a reflejos,
para que en todo brillo en el espejo
me encuentre con recuerdos compartidos
entre lo mío y lo que ya es ajeno.

Apego a lo imposible.

Como la lluvia a la intuición,
como escuchar respirar a las estrellas,
así se sienten hoy las despedidas
que juegan a encontrar la solución
de las cosas que hemos dado por perdidas
y se niegan a decir adiós.

martes, 17 de noviembre de 2009

Día gris.

Hay días luminosos, días negros y días grises.

Los días luminosos empiezan como un día normal y conforme avanzan todo lo que haces, dices o piensas es brillante, como un faro en la noche, y el tiempo pasa rápido, pero disfrutas de cada momento.

Los días negros empiezan como un día normal y según avanzan se te van torciendo las cosas como si algún gigante maniático le pusiera la zancadilla a tus deseos, se alimentara de tus ganas de reir y destruyera los pensamientos positivos.

Pero los días grises son los peores de todos. Te despiertas aletargado, o triste, o con un no-se-qué-que-qué-sé-yo que no te deja ver las cosas claras. Y no tienes ganas de hacer nada, y si haces algo lo haces mecánicamente, sin energía, como cuando caminas hacia casa y estás agotado y tus pies te llevan solos. Y de alguna manera las cosas no salen ni bien ni mal, simplemente pasan, y llega un momento en que te preguntas qué estás haciendo con tu vida, por qué ya ni siquiera puedes tener derecho a un día bueno, o incluso a un día malo en condiciones.

Odio los días grises. Pero aún odio más no ser capaz de escapar de ellos.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Pensamiento fronterizo.

Puedes esperar, presentir,
contagiar las sonrisas
a vistazos de la madrugada,
pero no despertar al Edén
sobre hierba mojada.

Si tienes suerte tal vez un error
te consigue abrir puertas al cielo,
pero no debes perder una vida
en los dados del juego:
las apuestas más altas no engañan
si juntamos a un tiempo
el valor, la esperanza y las ganas.

Y si quieres reir,
yo te coso a escondidas
un final importante,
una estrella inconstante
que te cumpla deseos
y entretanto te cuento algún cuento
de contar los pequeños instantes
descontandole al mundo
el dolor y los miedos.

Y si quieres vibrar,
dar un salto, gritar,
yo te doy la constancia,
el tesón, el esfuerzo,
y podrás conseguir una voz
que levante al momento
el susurro del sueño
cuando pienses en ir a peor.

Y si eres pequeño o un gigante
y si intentas ser siempre un extraño,
yo te escribo lo imposible y lo raro,
lo normal y lo cotidiano
y tatúo en tu piel la señal imborrable
de mis años contigo
y te llevo a un lugar
donde todo lo que es importante
se hace nada
y la nada es lo único que vale.

Y si eres culpable,
yo te quito el delito
de robarle el olvido a los mares,
que entre olas y arena
no merece la pena
seguir con disfraces.

Y aquí dejo esta historia inmoral
de consejos perfectos para cuando aún estás
persiguiendo el latido del viento
cuando lo que nos queda sólo puede acabar,
y soñamos con ser inmortales
hasta que se nos rompe la eternidad.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Guerras.

I

Frías, destructoras y cercanas,
costumbre de opresión,
curioso espanto,
un sordo amanecer. Y los disparos.

II

Corría en la piel
-despertando pesadillas-
de mano en mano,
de boca en boca
el susurro del adiós.

Libertad era muerte
y la muerte, una palabra prohibida.

Vivías y desaparecías,
eso era todo.


III

La Historia,
que era sólo el reflejo
de un olvido mal acostumbrado
a rebelarse
-y a revelarse-,
no tiene ayeres
que se le claven estáticos
porque es ayer y espada.

IV

Aunque la herida no sangre
seguirá siendo herida
y algún día será cicatriz mal curada.

V

Las hay silenciosas, pequeñas,
reprimidas,
las hay inconfesables y secretas,
pero todas traen dolor a sus espaldas
y sabor a miedo,
la metálica sensación de crueldad
de los silencios,
la desolada soledad de los hogares,
el humo de vidas que se esfuman,
las miradas vacías
y los muertos que ya no respiran.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Invitación.

Mírame porque en el fondo
lo que fuimos no será
y lo que seremos no estará
si no aprendemos a volar,
y dame el aire sostenido
de tu aliento contenido
cuando me dices bajito
lo que quisieras gritar.

Y es que la vida no entiende de secretos
y es que es de cristal hasta el más leve latido
y aunque podriamos tratar de ser distintos,
hay que hacer una elección y yo, te elijo.

Si no hubiera soledades que evitar,
dejaría a medio juego la partida
y haría trampas por caer en tu casilla
y llevarte al principio,
al comienzo conmigo,
porque es más facil terminar que empezar
y quiero ver si conseguimos avanzar.

Ahora es tu turno.

¿Jugarás conmigo?

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Se hace camino al andar.

Hoy sueño porque no despierto
de la realidad en vela,
porque fallan los otoños
pero no las primaveras,
y por fin el horizonte
ya no esconde más razones
por las que he de dejar de correr...
Y quizás pienses en volver
a aquello que no era nuestro
pero ansiábamos tener,
si quedan más tormentas
por guardarnos en la piel,
no esperes porque yo
ya estoy andando hacia el ayer
y paso a paso rompo miedos
que jamás recompondré,
que hay veces en que todo
simplemente sale bien,
te juro que aun me queda vida para dar,
y a ti también.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Estrellas.

Son ellas las que reinan cuando la noche impera,
veloces sombras cabalgan por la tierra
y el cielo hace crecer la enredadera
llena de espinas, del grande y amplio día,
que con su pétalo de luz nos contamina,
con ese olor a sueño y fantasía
que sólo las nocturnas damas velan
y vagamos sobre la insólita frontera,
como náufragos de otro mar, de otra guerra,
anhelando un hogar que apenas recordamos,
de eterno amanecer y eterno ocaso,
donde descansa el corazón deshabitado.

Y caen, siempre están cayendo,
-según su perspectiva, remontando
las olas del indómito universo-
y van dejando estelas tras su paso
que siguen los destinos y los besos.

sábado, 31 de octubre de 2009

Conversaciones.

Hay un viento de luz
que suspira cansado
cuando caen al salir
las estrellas dormidas
y el otoño que ríe lacera el silencio
como los manantiales que surgen del día.

Hoy no quiere escuchar el recuerdo
las promesas que guardan
cada noche tus manos
y el Octubre que pasa te mira de lado,
porque aún no fingiste vivir despistado.

Y yo que retengo miradas
como las prisioneras
de un millón de victorias
sólo pienso en llegar pronto a casa
y contarte al oído que me sé de memoria
tu miedo, tu olvido y tus ganas.

Si queremos bailar no habrá historias
sobre líneas torcidas entre bifurcaciones,
que de tinta de ayeres no me sobran pinceles,
los gasté de pintar tu sonrisa en todos mis rincones.

¿Y no quedan tampoco colores
de esos que me enseñaste
a esparcir por tu piel?

Por quedar, aún nos queda el mundo entero,
que es como una extensión
de tu cuerpo y mi cuerpo.

¿Y por qué no intentamos alcanzar
ese cielo que escapa
cuando tú ya no estás?

Porque, amor, si no hay nada imposible,
no podríamos permitirnos
el lujo de soñar.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Pecado capital.

Al final todos somos lo mismo, susurros de verano en el eco del olvido. Ahora que nunca perdono, quisiera encerrar la paz del miedo donde tan solo el invierno se atreviera a caminar y borrame el rostro con tus manos a este juego original de perder la partida con el pecado capital de pensar que no nos quedan despedidas, de creer que nunca habrá felicidad.

martes, 27 de octubre de 2009

Durmiendo.

Durmiendo en el lugar donde lloran las sonrisas, donde el sueño nunca vuelve a despertar, donde el tiempo no existió, donde todo es imposible menos respirar. Aquí para hasta la lluvia que se aleja, pero no huyas porque esta última tormenta la tenemos que enfrentar. Al fin el sol hará callar a las estrellas, con la voz de una esperanza que aprendimos a esperar.

lunes, 26 de octubre de 2009

Redefiniendo conceptos.

Te miro y me miras
y a ojos de las calles
somos dos desconocidos
que algo traman y algo esconden
pero lo que nadie sabe
es que hoy gritarás mi nombre.

Léelo como una vaga prueba de mi sentido erróneo del pudor:

"Nombre genérico de las piedras preciosas, principalmente de las denominadas orientales."

Así, gemir adquiere un nuevo significado, ¿no crees? Decirle al mundo en clave el nombre de tu amante. De momento, me quedo con esta definición:

"Dícese del verbo epónimo que describe la acción innata de trastornar el mundo mientras se susurra al oído."

A veces me sorprende el poder de la palabra.

domingo, 25 de octubre de 2009

Demasiado.

A veces somos más que demasiado:
el grito en el silencio,
caricias mojadas en la lluvia,
un beso en la frente para apartar el miedo.

Yo todo lo que quiero
es no sobrarte nunca
ni en tiempo ni en espacio,
llenarte de alegría
de formas que aún ignoro
y verte sonreir como hacen pocos,
con la ilusión de un niño.

Sostén mi mano, que el mañana viene
corriendo y empujando,
y dime al oído que nunca seremos
más que demasiado para el otro,
prométeme que el cielo siempre será
el lugar donde estemos los dos solos.

A veces somos demasiados,
pero si somos dos, ninguno sobra.

sábado, 24 de octubre de 2009

Otra Julieta.

Sabe que en el fondo está destinada a perderle. Porque lo ha visto en las aguas del olvido. Porque lo siente bajo la piel como un río que la arrastra y la ahoga. Porque desde el mismo momento en que le conoció, supo que nunca habría un final feliz para su historia. Y aún así... aún así no puede alejarse de él, porque en cierta manera quiere sentir lo que algún día ya no será suyo, pero que ahora le pertenece.

jueves, 22 de octubre de 2009

Espada.

Se fugó la distancia a besarle las horas al cielo, se atrasó el reloj de cuidarte los sueños y rompí sin querer los hilos que ataban la espada que corta los miedos. Me pregunto si no será que se ha afilado en los nombres de dolores antiguos y no sabe si lanzarle un tajo a la vida o coger y quedarse dormida hasta que el viento amaine. No debí de mecerla en la lluvia escuchando mareas, ni debí de forjarla en el fuego de mis ilusiones, porque son como el viento que nace en un tenue suspiro, que desata tormentas donde habrían de alzarse orgullosas un millar de voces.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Dices.

Dices "nada"
como si fueras a marcharte otra vez
con la esperanza metida entre los pies
maldiciendo madrugadas.

Y dices "todo"
como si el tiempo lo quisiera al revés
y el silencio que no cabe en tu piel
se sintiera solo.

Y dices "siempre"
como si fuera una palabra prohibida
que se te clava y te quita la vida
jurando eternamente.

Y dices "nunca"
como si un fuego te quemara los labios,
ajeno a aquellos que mienten a diario,
sin duda alguna.

Y dices "te quiero"
como si el cielo amaneciese en tu voz,
a un lado el mundo y al otro el corazón
y eres sincero
y hay algo inexplicable que nace entre los dos.

martes, 20 de octubre de 2009

Lluvia.

Lluvia, que desdibuja el cielo,
que redescubre todos los olores,
que invita a resurgir como hace el viento,
que empaña y hace nuevos los colores
y transfigura todas las fronteras,
que juega con el frío a desnudar
el alma tras la niebla del cristal
y dibujar el mundo a tu manera,
que hace del vaivén su cometido,
del sueño su antifaz más escondido
y de la eternidad, su última risa...

Lluvia, que liberas y anticipas,
concedeme escuchar siempre tu voz.

lunes, 19 de octubre de 2009

Caminar.

Caminar es más que eso
al seguir los pasos del viento
que va corriendo siempre y nunca para
salvo al amanecer, entre las rocas,
en un manantial de sombra sostenida
que luego se transforma en alborada.

Caminar es respirar al tiempo que el mundo,
tomarle el pulso al corazón de las constelaciones
y bailar al compás de la sustancia,
como un furioso vals entre lo sacro y lo profano
y clavar los piés más allá de lo humano,
donde hasta lo impensable carece de importancia.

domingo, 18 de octubre de 2009

Tiempo.

Al despertar reclaman las alboradas
su pedazo de historia interminable,
no en mano de Ende, sino en la del universo,
el de tembloroso trazo de horas difuminadas
por el polvo corrosivo de eras inmortales.

Interminable el día, renueva oscuro su cauce
sobre el río celeste de aguas turbulentas,
lleva a ocupar tormentas a la inconstante aurora
y cierra torpemente las puertas de la memoria
con nudos de preguntas que no tienen respuesta.

Y llega el ocaso desentrañando el mundo
con dedos hábiles que todo lo acarician,
asiendo dulcemente la tregua entre sus brazos
para parar la guerra entre noche y día
tan sólo por un instante, fingiendo ser amado.

Inmensa la noche, gira con más luz a cada espera,
desesperando permutaciones imposibles
de una lluvia y un silencio y la certeza
de contener el aliento de la eternidad
al levantar en vuelo el sueño irreversible.

Y así transcurre el tiempo inexorable
tras las fronteras de un cielo que alcanzamos
y dócilmente dormimos en las manos,
sin percatarnos de sus afilados dientes,
que un día habrán de doblegarnos.

sábado, 17 de octubre de 2009

Epitafio (porque nunca se sabe...)

Ojalá quede algo de mí para el mañana,
un espacio vacío de silencio
de entre toda esta jungla de palabras,
para poder enredarme en algún corazón
y hacer de mi pasión un universo
y perdurar en alma entre mis versos.

Tal vez no esté despertando aquí las voces dormidas,
sino escribiendo un remedio para la memoria.

Porque el recuerdo es relativo,
pero el olvido, si nos alcanza de verdad
será por siempre,
y quiero de alguna forma mantenerme viva,
eterna en el sentido cotidiano
de ser palabra y voz y todavía
sentir el mundo como si fuera humano:
mortal, que se nos viene encima,
hermoso, omnipotente y mercenario.

Y he aquí una suerte de epitafio
por si acabo mi viaje antes que tarde:

"Cuando falte latido en este pecho,
cuando duerman por siempre mis sentidos,
dejadme ser el agua, probar el aire,
flotar y formar parte de esta tierra,
que vida hace brotar y vida entierra,
y transformad mi cuerpo en cenizas
y guardad una parte en el corazón del mundo,
otra en el mar que atesora y eterniza
y la última, echarla a volar en Finisterra,
pues en donde yo estaré, la única prisa
será la de encontrar el fin del tiempo
y ocupar el último bastión de la alegría,
más allá del Sol y las estrellas."

viernes, 16 de octubre de 2009

Quien quiero ser.

Contando vidas inevitablemente
como una pendiente de palabras
que caen y tiran, que me atrapan sin parar:
quien te mira y quien te ve,
quien se oculta cuando hablas,
quien olvida o quien te deja de querer...

Y tropiezo contra el miedo
de no ser quien quiero ser,
de esperar por mucho tiempo
o de no esperar jamás,
se me enreda entre los pies
distinguiendo entre personas
quien te escucha y quien te oye,
quien te deja y quien se fue,
quien se marcha y quien se aleja,
quien te guía si no ves,
quien te lleva sin dudar
donde nada hace daño,
ni siquiera recordar...

Y entre tanto parpadeo
ya no anhelo despertar,
porque hay quien siempre encuentra
cuando no quiere buscar,
quien se estrella y quien te da
las palabras necesarias
para cuando hay que callar
si el silencio es lo que vale
atrapar la libertad.

jueves, 15 de octubre de 2009

Mil cuentos y uno más.

Mil cuentos para regalarte
se me hacen pocos cuando ya te has ido
y queda un final más para el olvido,
uno de noches en que desvelarte
y desnudarte así, como en los sueños,
a llama en piel y a besos en los labios,
a caricias al borde del suspiro,
a vida entera a bordo de tu cuerpo,
mil cuentos para estar contigo
y uno más para recordarte
que nunca debes darte por vencido
porque siempre estaré para reinventarte
y hacer de tu ilusión un destino
y convertir tu luz en estandarte
para que nunca pierdas el camino
y luches con valor cada percance.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Pedacitos de aguardiente.

Nunca es tarde para ahogar el miedo
con el nudo de los sueños
o el alcohol de los deseos,
un tequila a media tarde
que nos sepa a vino añejo
es suficiente para olvidarte
pero no para ir al cielo
y se me escapan las mañanas
entre vasos de aguardiente,
si es que hubo un mal traspiés
no consigo comprenderte
en las noches desveladas
me ha atrapado la corriente.

Y dirás "qué mala suerte"
pero en el fondo no importa
porque ahogarse en los recuerdos
es mejor que volar sola
y a estas horas necesito
aparecerme en tu piel,
desvanecerme un instante
para regresar después
convertida en la nostalgia
de quien no sabe esconder
la tristeza en la sonrisa
ni la lluvia en el papel.

lunes, 12 de octubre de 2009

Lo innombrable.

Mareas oscuras encienden el cielo:

un nombre-humareda se diluye en sueños
y de repente me roba un latido a destiempo,
¿cómo guardo ese tiempo de alborada de luces
si las sombras aguardan y tus ojos seducen?

Que me lleve el infierno si consigo entenderlo.

Caminos.

Hay caminos que se hacen largos porque los sigues y nunca acaban y los hay que se hacen cortos porque te persiguen, pero quisieras no tener que llegar al final.

domingo, 11 de octubre de 2009

Microrrelato II. Mirada felina.

El gato esquivaba los cadáveres, husmeando algún que otro bolsillo en busca de chucherías, arrancando de cuando en cuando pedazos de carne de los miembros amputados que llenaban las calles. Compartía el festín con cuervos, ratas, insectos y algún que otro buitre que se había desviado de su ruta migratoria por el olor a sangre que el viento le había llevado. Había suficientes cuerpos para alimentarlos a todos durante semanas.

El gato levantó la cabeza al percibir un sonido que provenía del hotel del pueblo. La puerta se había abierto con un chasquido y bajo su dintel una figura humana oscura e inquietante se relamió los labios a la vista de la matanza que había producido. Cuando se percató de que el gato lo miraba sonrió, se agachó y le ofreció un bombón de chocolate. El felino se acercó confiado y cuando estuvo a su alcance, el hombre le arrancó los ojos y se los metió al bolsillo.

sábado, 10 de octubre de 2009

Microrrelato I. Silencio mortal.

Pirenna mordió pensativamente la manzana. A sus pies, un sirviente masajeaba sus dedos con devoción. A su espalda quedaba la visión de la ciudad ardiendo. El perfume eclipsaba los olores de la muerte, pero el sonido del crepitar de las llamas se colaba por los rincones como una funesta sonata.

-Eurínomo, toca el arpa- dijo Pirenna cuando el estruendo de un derrumbe cercano llenó la habitación. Las manos del chico temblaban.

-Mi señora, el incendio…

-El incendio no nos alcanzará, Eurínomo. Toca para aplacar a los dioses y nada habrá de pasarnos.

Pirenna fijó sus ojos marrones sobre los del chico, hipnotizándolo. El sirviente cogió la pesada arpa de ébano y sus dedos volaron sobre las cuerdas, creando una bella y triste melodía que apagó el sonido de las llamas. Pirenna comenzó a quedarse dormida mientras el humo llenaba la habitación. Las notas rompieron el silencio, más y más lentamente, hasta que la muerte puso fin a la canción.

viernes, 9 de octubre de 2009

Orgasmo.

Vibras en mi alma apasionada
como una luz espinada de delicias
que atraviesa fronteras en mi vientre
y soy tan tuya en ese instante de miradas...

miércoles, 7 de octubre de 2009

Fortaleza.

Poco a poco, con los años, nos cubrimos de pequeñas mentiras, de traslúcidos engaños; poco a poco, con las horas, nos llenamos de puñaladas por la espalda, pero eso nos hace fuertes. Estamos henchidos de fortaleza -fruto de cicatrices, cada muralla-, pero en el fondo lo único que deseamos es que alguien que lo merezca sea capaz de colarse dentro, muy adentro, en el mismísimo corazón de las emociones, y se quede allí compartiendo un espacio que sin nadie en él no valdría la pena defender.

martes, 6 de octubre de 2009

Todo lo mejor.

Podría pasarme la vida
trazando meridianos
que pasen por donde pases tú,
marcando cada una de tus sonrisas
con un lapiz rojo en el cielo azul.

Podría acariciar los susurros
que lanzas al viento
y colorear una foto en blanco y negro
con las acuarelas de algunos de tus sueños:
visitar Paris, caminar sobre el mar Muerto...

Podría volar contigo en el polvo de hadas
para encontrar y reconstruir de nuevo
los restos de la Atlántida,
navegar por la via Lactea
y, en lugar de estrellas, contar galaxias.

Podría transformar el plomo
en oro fundido entre tus labios,
llenar de locuras de amor los abismos
que se abren tras nuestros pasos,
decirle al amanecer que se convierta en ocaso.

Podría empezar a vivir
de aventura en aventura,
parando solo a respirar
el aire que viene del mar
rodeando con mis brazos tu cintura.

Podría darle al mundo todo lo mejor
que hay dentro de mí,
pero prefiero dártelo a ti
porque eres y serás siempre
la razón que tengo para ser feliz.

domingo, 4 de octubre de 2009

Contrasentido.

Hay tiempos de enredaderas
que cambian el sentido del mundo.

Oirás llover en los desiertos
y se secarán los mares
y los momentos se harán noches,
pero no huyas entonces,
porque tus sueños se volverán realidad.

sábado, 3 de octubre de 2009

Madrid.

Caminando sobre miles de pisadas,
cruzando plazas con olor a historia,
bordeando jardines de suelos milenarios
se me antojan las calles un desván de memorias.

Esquivando miradas tanto como personas,
desapareciendo entre ruido y gentío
empequeñeciendo bajo cada fachada,
se me cuela la tarde entre la piel y el olvido.

Renombrando cenizas donde ardieron fuegos
que aún no han apagado los cristales ni el acero,
aún dormita en ti la esperanza súbita
de perder las horas y ganar recuerdos.

No cambies la belleza de tus atardeceres,
que en cada anochecer se escuche tu canción,
Madrid indómita, Madrid erosionada,
no dejes que el pasado se quede con tu voz,
Madrid inconfundible, Madrid aletargada,
en cada piedra escucho tu arcano corazón.

viernes, 2 de octubre de 2009

Bienvenida al otoño temprano.

Creo que viene un cambio de estaciones,
con nieve esperando en todos los rincones
y olor a viejas primaveras en las tardes.

Las noches azules se están volviendo rojas,
el fuego del tiempo va quemando las hojas
y caen, caen con un susurro de pisadas ruidosas,
caen con una lluvia que despierta olores,
caen con la dulzura de un cerezo en flor.

Y yo sonrío mientras salto en los charcos,
volviéndome infantil como sólo Octubre sabe,
en el mundo dorado del inminente otoño.

jueves, 1 de octubre de 2009

A veces.

A veces quisiera tenerte en mi vida,
a veces recuerdo que nunca te olvido,
a veces te pienso, a veces no sigo
y empiezo de nuevo a guiar mi destino.

A veces soy niña y a veces el aire,
a veces me pierdo en los sueños de nadie,
a veces quisiera romper las distancias,
quebrar las fronteras, borrar la nostalgia.

A veces soy cielo y me cubro de estrellas,
a veces soy noche que duerme los sueños,
a veces me canso de verte de lejos,
a veces te busco y nunca te encuentro.

Errores.

¿Por qué tardamos tanto en reconocer nuestros propios errores? ¿Por qué nos resistimos a aceptar que nos equivocamos? Tal vez porque eso nos hace sentir que podemos estar haciéndolo todo mal.

martes, 29 de septiembre de 2009

Roca y caramelo.

Persigo certezas que revolotean a mi alrededor como mariposas y se me escapan entre los dedos. Tengo que ser más rápida en esto de construir redes imaginarias, o pronto empezarán a escaparse no sólo las volátiles certezas que surgen en un instante, sino también las lentas y pesadas creencias que recubren mi corazón. Caramelo y roca. Hoy me ha dado por recordar esas teorías que hicimos las tres un día, filosofando a nuestra manera del mundo que ya empezaba a dar sombra y vida a nuestros deseos. Solíamos ser inseparables, la luna, el sol y la tierra. Ahora ya no nos dirigimos la palabra ni podemos considerarnos amigas. Ahora somos casi unas desconocidas. El sol decía que tenía el corazón cubierto de caramelo, pero su centro era de una roca muy difícil de penetrar. La luna creía tener el corazón como una aleación uniforme, a ratos roca y en otros caramelo, según el momento, las personas y el lugar. Yo, la tierra que podía observarles a los dos, al sol y la luna, pensaba que tenía el corazón cubierto de roca y relleno de caramelo. Y aún lo pienso. No sé a qué vino eso de que todos en el fondo tenemos diferentes mezclas de roca y caramelo en el corazón, pero en días como hoy (que no debería recordar nada del pasado, sino aprender y retener lo máximo del presente) a veces vienen a mí pensamientos de tiempo atrás, de un pasado donde el yo actual aún esperaba entre bambalinas hacer su entrada en la actuación. Se han cerrado y abierto muchas veces los telones desde entonces, y el atrezzo ha cambiado, y la historia nunca acaba de tener un final, pero cada vez que llega la noche y se apagan las luces, queda en el aire un eco de las voces que llenaron el escenario y el olor a chamusquina del olvido reduciendo a escombros y ceniza los pasados. Pero aún están ahí, son el polvo que cae eternamente como una lluvia invisible que no se ve, pero que está ahí, haciendonos toser de vez en cuando y reviviendo momentos del ayer. Tal vez debería limpiar un poco los rincones, no sea que me de por estornudar y acabe espantando los buenos sueños de hoy.

Tentaciones.

Puedo resistir todas las tentaciones... menos la de tentarte.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Canción sin nombre.

Llévame al rincón perdido donde guardas los gemidos
y retumban tus latidos al andar,
que la noche se hace eterna si no estoy entre tus piernas
y tu boca que me tiene enamorá.

Y si nacen primaveras al compás de tus caderas
te prometo no marcharme de tu lado,
ser el ángel que te cuide cada sueño y transformar en pequeños
esos miedos que se crucen a tu paso...

Si estoy loca qué más da, ya no quiero sentir más
el frío abrazo de la soledad...

Ven conmigo a ver un nuevo amanecer,
que entre piel y alma me está llamando el Sol
para desnudar el corazón y decirte sin miedo ni temor
que mi vida es vida si estamos juntos los dos...

Cambio estrellas por auroras donde no despierte sola
y sean tus ojos mi cielo particular,
que me importan los luceros si el aroma de tu pelo
es suficiente para hacerme delirar...

Si la luz que tú me das aleja toda oscuridad
y tu aliento es lo que me hace respirar...

Ven conmigo a ver un nuevo amanecer,
que entre piel y alma me está llamando el Sol
para desnudar el corazón y decirte sin miedo ni temor
que mi vida es vida si estamos juntos los dos...

Ven conmigo a ver un nuevo amanecer,
que entre piel y alma me está llamando el Sol
para desnudar el corazón y decirte sin miedo ni temor
que mi vida es vida si estamos juntos los dos,
que mi vida es vida si estamos juntos los dos...

domingo, 27 de septiembre de 2009

Una promesa inquebrantable.

Mañana comienza todo de nuevo a ser comprendido y a ser maniatado. No se acaba el tiempo si miramos un segundo más aprisa que el miedo, así que correremos más para no detener el corazón de los cielos que nos esperan cada día. Podremos respirar si gritamos alto que jamás perderemos el ritmo por muy difícil que sea el camino. Las promesas se hicieron para romperse, pero esta será eterna. Hoy prometo no rendirme nunca.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Sonámbula.

Si me buscas despierta
te quiero robando sonrisas
al mundo dormido,
mordiendo manzanas prohibidas
con dientes de besos.

martes, 22 de septiembre de 2009

Cruzando al otro lado del espejo.

Ven Alicia, ven, que llegamos tarde,
que hay humo en los andenes
y se nos van los trenes a ninguna parte.

Los reflejos que se duermen
no esperan a nada
y sueñan que sueñan contigo.

La mañana que se enciende
no entiende de juegos
sin malos y buenos amigos.

Y se pone a escuchar su voz
la cantante del grupo Olvido
y piensa que canta conmigo.

¿Reirán las lágrimas
tanto que llorarán
gota a gota todas las historias?

¿O será prisionero
el mundo entero
si le ato los zapatos al fantasma del miedo?

Cruzando al otro lado del espejo
daré la vuelta a todos los problemas
e irán las estrellas a colgarse en el cielo
y perder no será perder, será encontrarte.

Ven Alicia, ven, que llegamos tarde,
enseñame el camino a aquel bello lugar
donde van las horas y se sientan a charlar.

Los silencios que relucen
se entretejen con el viento
para hablar a su manera al corazón.

Las caricias que despistan
se debaten prisioneras de la duda
entre desaparecer o tener valor.

Y se pone a bailar al compás
el tempo de los besos-no-dados
y no sabe que este es su último tango.

¿Mirará la cordura
a la locura
y sabrán que es imposible encontrarse?

¿O irá el amor
a quemar la distancia
que hay entre corazón y corazón?

Cruzando al otro lado del espejo
haré de cada oscuridad mi poesía
y todo lo demás será volar sin frenos
y buscar no será buscar, será encontrarme.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Recuerdos de septiembre.

Condené a vagar a la furia en el olvido,
permití que escapara del cielo
la luz de los besos de aquel septiembre
y dejé al corazón sin un sitio
donde jugar a ser caballero,
se me quemó la paciencia al dejar de quererte.

No busco ya en las hojas
mensajes del invierno
ni escucho en el silencio
las huellas de tu voz,
se fueron de repente
las largas tardes rojas
huyendo del olvido
que barrió mi corazón.

No consigo borrarte,
a veces aún te cuelas
como una gota de agua
que resbala entre las piedras,
un beso, una caricia,
el retrato que dibujaste,
las charlas, los silencios
y, sobre todo, lo que sentía
cuando sólo sabía amarte.

Pero ahora son ecos
de lo que fue un pasado,
hoy sólo son recuerdos
de algo que me cambió,
me hiciste ser distinta,
eso no te lo niego,
pero no habrá ya horas
para nosotros dos.

Ya salen las estrellas
que anuncian noches frías,
mas no echo de menos
tu cuerpo y tu calor,
porque también recuerdo
que aunque me quisiste
dijiste que desearías
verme sufrir dolor,
y no soy de las que olvidan
ni de las que ofrecen esa clase de perdón.

martes, 15 de septiembre de 2009

Buen día.

Hay días en los que te despiertas, abres los ojos y piensas "hoy va a ser un buen día". Y resulta que se queda corto, que es un día perfecto, como un diamante colgado en las telarañas del tiempo. Y esa misma noche justo antes de dormir sólo se te ocurre pedirle a la vida que todos los días sean así, con las mismas risas y en otros lugares -o con otras risas y en el mismo lugar-, pero que te hagan sentir que soñar se queda corto viviendo y disfrutando así.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Memoria selectiva.

Es curioso lo rápido que olvidamos la felicidad, lo fácil que es entregarse al dolor. Cuando somos felices no pensamos que somos felices, sólo pensamos en la felicidad cuando no la tenemos. Es sencillo acostumbrarse a ser feliz. Pero a la mínima señal de preocupación, miedo o dolor caemos con facilidad en el abismo. Tal vez deberíamos cambiar nuestra perspectiva. Sacarle provecho al dolor, aleccionar la calma con el rumor de las tormentas, disfrutar de la felicidad y ser plenamente conscientes de que aunque no tenemos todo lo que queremos, queremos todo lo que tenemos.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Lo que nos hace humanos.

Podemos intentar capturar los sueños como motas de polvo. Tan, tan pequeños, comparados con la fuerza de las llamas.

¿Por qué licuar madrugadas cuando se combustionan al instante los mañanas? Si vivir de pie es pensar arrodillado ante una multitud que nos oprime. Y digo: seamos el inicio de la ola, el principio de una ráfaga de viento. Pero entonces seremos los verdugos, como otra vez fuimos víctimas o testigos. Y pienso entonces: salvar lo que nos queda de mitades, cubrir lo que nos queda de humanos, porque ya hemos sido bestias, y al futuro le sobran dictadores de destinos.

Cada uno guardamos un poder, una voz, una visión que irremediablemente compartimos. Y desde la lágrima a la utopía hay un desfiladero de infiernos artificiales. La guerra por la paz, lo llaman algunos. El odio, tan característico como el andar bípedo en los humanos, es lo que yo sostengo, pero a veces... a veces estalla y mil cristales no pueden contener la pulsión. También está el amor, en todo caso, la súbita implosión de sentimientos. Podemos resumir, de todas formas, la esencia homosapiense: sufrir no sólo por el dolor de hoy, sino también por el de ayer y por el de mañana. Vaya visionarios que estamos hechos.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Quiero ser.

Déjame que cuelgue el cielo en tu sonrisa,
que ponga estrellas a tu vida
para que nunca vuelvas a perderte.

Déjame que te prepare a fuego lento
el perfume de los sueños
que te quedan por cumplir.

Déjame que te inunde de caricias
en lugares donde el miedo
no se atreve a sonreir.

Y si dejas que te diga unas palabras
antes de que el mañana
nos obligue a despertar:
quiero ser por ti la que deseas,
la que piensas, la que sueñas,
la que tú puedas amar.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Amor en tres tercetos.

No me sale dar vueltas al mundo
si queda en la vida un rumbo
en el que pueda ayudarte a seguir.

No me sale jugar a tener un destino
si cada vez que te miro
sé que lo cambiaría por verte sonreir.

No me sale ganar la partida
si vencer significa
perderte a ti.

martes, 25 de agosto de 2009

Pequeños pensamientos.

Qué grandes son los sueños cuando aún somos pequeños, pues no tenemos miedo de que echen a volar.

···

Duermes y me adentro en tu sueño; sueñas y soy, por un instante, lo que anhelas. Entonces despierto.

···

Y quiero que entiendas que ganes o pierdas siempre voy a estar contigo, aunque te marches y vuelvas o nunca más regreses, porque eres mi amigo.

···

Y aunque a veces te parezca que no hay nadie que te entienda, que te anime y se de cuenta de que vales más que nada no estés triste porque voy siempre contigo, no estés triste porque siempre podrás contar conmigo.

···

A veces los sueños se nos quedan pequeños de tanto vivir...

Regreso a casa.

Oigo susurros detrás del espejo, los sueños vuelan a sus hogares. El regreso a casa siempre está lleno de despedidas, más o menos llevaderas, porque el origen está en casa y las raíces reclaman su lugar en el corazón, clavándose tras un tiempo sin ellas, como para recordarnos que jamás podremos olvidarlas, porque son la base de nuestra vida. Regreso al hogar, dulce nostalgia. Tengo morriña de emociones, pero ahora que me vence el cansancio, da igual. Descansar. Descansar. La cama me da la bienvenida mejor que cualquier aroma cotidiano. La almohada sigue guardando los secretos bajo mil y una noches. Contaremos mil más, para poder dormir. Sueño. Sueño. Y es la corriente mi mayor regazo, el agua oscura me recibe con los brazos abiertos. Despertar. Despertar. Un beso de luz; la mañana punteada me levanta. No logro encontrar las palabras, pero ahí está esa sensación de que este es el lugar al que pertenecía y seguiré perteneciendo en parte toda mi vida.

jueves, 23 de julio de 2009

Ladrones de momentos.

Es tan difícil seguir las pisadas del tiempo, las madrugadas se van, las noches robando estrellas se borran de luz así... sería tan fácil decir que somos ladrones de momentos, y mentiríamos, sí, pero es mejor que sentir que perdemos segundos, que nos van quitando instantes sin saber quién es el culpable.

miércoles, 22 de julio de 2009

Telegramas.

Dame una señal de rescate por las horas robadas. Si me sobornas con besos no acepto. Yo quiero la vida contigo.

[...]

Ok. Trato hecho. Nos vemos esta noche a las 10, en el lugar de siempre, pero con otros sueños. Tú te encargas de la cena y el vino. Yo llevaré desnudo el corazón bajo el abrigo.

[...]

Tal vez escatimo en palabras, pero no en sentimientos. Y es que las palabras se pueden borrar. Los sentimientos, no. Aunque si hace falta, lo diré. Te quiero.

viernes, 17 de julio de 2009

Doble sentido.

Estoy exenta del sentido lineal de las caídas. Soy más de sentidos circulares, si tropiezo, es en el mismo lugar donde he tropezado todas las otras veces. Porque de alguna forma el miedo siempre encuentra la manera de colocarse bajo mis pies.

lunes, 13 de julio de 2009

En equilibrio.

Estoy sumergida en ecos que se deslizan como burbujas de la piel a la memoria, de la memoria al olvido, de la nada al origen, atrapada en un círculo tan basto como el cielo, tan profundo como una mirada al crepúsculo la víspera de un día importante. Se me va de las manos la risa, entre tecla y tecla, se me escapa el matiz de los silencios entre los espacios, pero en el fondo no importa, el sol brilla sobre el agua sin dirección definida, y todos seguimos un rumbo dibujado con estelas y salpicaduras que terminó a bordo del mundo. Y es que a veces, basta con cruzar una línea imperceptible para diferenciar los pasos de los caminos y caminar en una incertidumbre compartida y comprendida por pocos. Estrechamos lazos, deshacemos nudos, sin darnos cuenta, simplemente al ir pasando sobre las piedras, dejando atrás damas de blanco, fuentes y puertas, dejando atrás las máscaras, porque en este baile ya todos nos hemos visto los rostros. Y nos tropezamos y hundimos, pero encontramos entre palabras y fotografías la manera de salvar los obstáculos, la forma exacta de cambiar el sentido para no colisionar. Es algo invisible y sutil, que nos mantiene unidos.

Espero que dure mucho esta calma, aunque vengan tormentas. Que sigan entretejiéndose nuestras vidas, al margen de los hilos que de distinta manera, se han hecho un nudo alrededor del corazón.

jueves, 9 de julio de 2009

Juntos.

Podíamos volar sobre la historia como pájaros de alas inmortales, tan inalcanzables que preferíamos respirar océanos a descontar latidos. Sabíamos bien dónde darle esquinazo al viento, dónde esconder las dudas, dónde dejarnos caer sin dejar de elevarnos a los abismos. Sabíamos bien donde hacerle quiebros al destino y el lugar exacto en el que nos daría alcance la extenuación, pero aún quedaba tiempo tras los aguaceros, y no pensábamos parar, no hasta que las costuras estallaran dejando abiertas las heridas de antaño. Huíamos del ayer que planeaba como una sombra sobre el mañana, y no era justo tener miedo del pasado. No era justo, y eso era suficiente para arrancarle las palabras al olvido y forjar nuestra cárcel infinita de recuerdos y metas. Darnos por vencidos no era una opción, y siguiendo adelante nos encontramos andando en círculos sobre aquello de lo que pretendíamos escapar. No nos dimos cuenta hasta que fue demasiado tarde que desear que algo no existiera no era suficiente para hacerlo desaparecer. Había que enfrentarse a ello, y cuando quisimos hacerlo no nos quedaban fuerzas ni remiendos. Pero había algo con lo que no contábamos. Nos teníamos el uno al otro para cosernos las alas antes de estrellarnos contra el suelo. Nos lanzamos al centro de la tormenta como dos flechas ingrávidas, sosteniéndonos corazón con corazón, y mientras caíamos, vencedores y agotados, nos miramos y supimos que el final aún estaba lejos de nosotros. Cuando tocamos tierra, después de tanto tiempo surcando el cielo, estábamos en el lugar de donde partimos siendo dos desconocidos. En ese mismo instante comprendí que no habíamos esquivado el destino, sino que nos habíamos lanzado contra él. En ese choque se rompieron otros mañanas distintos, donde no nos hubiéramos mirado, donde no hubiéramos enfrentado nuestro pasado, donde seguiríamos huyendo hasta la muerte. Estábamos ahí, como al principio, pero ahora no teníamos cargando sobre los hombros el peso del ayer. Estábamos ahí, como al principio, pero ahora se abrían puertas hacia miles de futuros, en cada uno de los cuales, fuera lo que fuera lo que hiciéramos, estaríamos juntos.

martes, 7 de julio de 2009

A un fantasma

Deja ya de llenarme las hojas con tus puntos finales, que no quiero perder más segundos entre tus cicatrices, corta ya de una vez el espacio entre tu nombre y el mío, que mi vida no es tuya ni vamos por el mismo camino. No te quiero ni ver, ni pensar, ni encontrar tu presencia, ya logré acostumbrarme a estar sola y no notar tan siquiera la ausencia. Y es que ya si me atrapa el recuerdo son como escalofríos, no sé cómo pude amar a quien ahora relego al olvido. No trates de hablar, ahora somos dos desconocidos. Si te veo algún día no intentes ni hola, ni adiós, el silencio es mejor que actuar como antigüos amantes o amigos. No te quiero en mi vida, el pasado se queda en su sitio. Intenté comprender, ayudar, perdonar y tu respuesta fue patalear como un crío. Ahí te quedas con tu orgullo y tu Dios, con tu mundo y tu pretendida gloria; si pequé sólo fue de pereza de acabar nuestra historia. Tú, pastor sin rebaño, elegido de nadie, bendecido iluminado, lleva lejos tu bastón peregrino, tu aureola de aire, tu camino dorado; que jamás aprendiste a aceptar mi falta de destino ni mi cielo sin cursos trazados. Y si aceptas consejo, no vuelvas a venir clamando venganza, porque a malas, si quiero, ni demonios ni infiernos me ganan.

sábado, 4 de julio de 2009

De vuelta a casa.

Se nos arremolina el tiempo entre los dedos como un huracán acorralado entre la noche y la palabra. No hay historia más exacta que el latir descontrolado de silencios, que el batir acompasado de las palmas oníricas. Así nos inundamos de lecciones, de vidas entrelazadas por el fuego y por el hielo, sublimando hasta perder el sentido de la unicidad más primitiva. Si fuéramos ahora amaneceres, curvaríamos en guerra el horizonte, piel con piel, bajo una línea dorada forjada con risas y endurecida con llantos. Nos quedan dos universos en precaria unión, prestos a separarse en cualquier momento. Tan sólo el mismo espacio los mantiene unidos, pero hay canciones que llegan, nos llenan, se cortan y tras sus notas queda un reguero de notas sangrantes, de compases mal controlados. Es el tempo de la discordia que se alimenta de hogueras escondidas, cada Troya infinitamente repetida al borde de la desolación. Pero esquivamos los abismos como auroras detrás de las persianas, guardando cabizbajos las certezas, cambiando las virtudes por sombras de titánicos defectos. Intentamos a nuestra manera invertir los soles traicioneros, pero la luz era -y sigue siendo- fuerte, y sus oscuridades, muy alargadas. ¿Podríamos haber desenterrado infiernos para evitar incendiar el cielo? Tal vez, mas ya las horas no retornan, ni es bueno atravesar el tiempo con el agudo filo de los quizás. Ahora que todo ha acabado, siento que tampoco sería lo correcto, que de todo se aprende. Y es que, además, no cambiaría una sola sonrisa por muchas lágrimas que haya costado cada una.

sábado, 20 de junio de 2009

Manías.

Soy del tipo de personas que dicen todo con retraso. Todo. Incluso cuando retrasarse implica perder la oportunidad de hablar, incluso cuando tomarse un segundo tiene como consecuencia no tener más segundos. Es una fea manía que no consigo quitarme de encima, pero ahí está, y tengo que convivir con ella. Como la de mover siempre las manos. Por eso escribir es algo casi terapéutico para mí, me permite encuadrar mis dos grandes manías y convertirlas en algo productivo: la de no tener las manos quietas y la de decir todo con retraso. La primera me lleva a escribir físicamente, la segunda, virtualmente. Esos segundos perdidos llevan al pensamiento a madurar, a formarse del todo y a echar raíces. A veces, raices extrañas, inesperadamente profundas, otras se elevan hacia el cielo buscando una lluvia demasiado lejana. Y así es mi mundo, arraigado hasta en el aire. Pero esa no es la cuestión ahora. La cuestión es que hoy traigo palabras que surgieron demasiado tarde y no llegaron a los destinatarios. Aquí las traigo, para que salgan a la luz como todas las demás.

···

Nos hemos encontrado en una parte
-en cualquier sitio-
donde el aquí y el ahora
tienen todo su sentido.

Aquí empiezan kilómetros de recuerdos,
aquí se acaba el tiempo compartido,
aquí fuimos conocidos, amigos y amantes
y ya no somos nada,
un vacío en la memoria, un punto aparte.

Ahora acaban los duetos y los unos mal contados,
ahora comienza a formarse un horizonte
de segundos llenos de fronteras,
el pasado empieza ahora a ser el mío
y sin horas se han quedado los latidos.

Ya no hay instante ni espacio para amar,
aquí no caben más biparticiones,
ahora sólo hay relojes para olvidar.

Tic, tac, tic, tac, tic, tac.

Y el mundo se detiene a escuchar
mientras el mío escapa sin mirar atrás,
porque si paro volveré a encontrar el lugar exacto
donde cederle tiempo al tiempo de recordarte.

···

Bebí de tus caricias como agua en el desierto,
llené con tu mirada el océano de mi alma,
cruzamos los caminos, mezclamos horizontes,
perdimos el miedo al ayer y al mañana.

Y ahora no hay nada bajo el cielo,
salvo restos de pasado que vuelan en el viento
y dos heridas sangrantes a un lado del corazón:
gota a gota morimos los dos,
latido a latido vivimos sin voz
y vamos perdiendo camino al adiós
una parte de nosotros que en el otro quedó.

He pintado sonrisas para guiarte en el viaje,
yo ya llevo conmigo los recuerdos de antes
y aunque intento enseñarte a seguir adelante
es difícil hacerlo cuando quieres atarme,
cuando quieres volver y me ruegas llorando
que me quede a tu lado, que te siga amando.

Me siento culpable por no haber podido
rescatar mi amor de las garras del olvido.

···

Quiebran los sollozos todos los espacios,
entre líneas mato lo que tanto amé
y esa fe en que todo fuera bien contigo
ahora va quemando sueños del ayer.

Quedan aún tormentas dentro de mi cuarto,
más de mil pedazos que no reparé,
ganas de perder la guerra contra el olvido
y un sueño que pinta tu nombre en la pared.

···

Vuelo desenredando infiernos,
cortando las nubes de tormenta con mis alas,
intentando arrancar los recuerdos
que apresan mi alma.

Fue un sueño, mi mundo onírico,
humo y fantasías en horizontes sin fin,
mariposa nocturna, desperté en el ocaso
cuando mi sol se escapó junto a ti.

¿Dónde está el cementerio de las horas perdidas?
¿Dónde van los olvidos que no quieren morir?
¿Dónde quedan los deseos una vez se han cumplido?
¿Dónde caerán las lágrimas que lloran por ti?

Estoy buscando el lugar
donde la sombra de la despedida
no oscurezca cada despertar,
donde pueda seguir adelante con mi vida...

Ya es tarde, la noche está cayendo,
el viento trae olores que me hablan de tu pelo
y la sonrisa de la luna me muerde desde el cielo.

Fuiste la locura en tiempos de cordura,
el viento que me trajo hasta el ojo del huracán,
la risa de mi alma, la piel de la ternura
y ahora eres un nombre que no quiero recordar...

¿Dónde está el cementerio de las horas perdidas?
¿Dónde van los olvidos que no quieren morir?
¿Dónde quedan los deseos una vez se han cumplido?
¿Dónde caerán las lágrimas que lloran por ti?

Estoy buscando el lugar
donde la sombra de la despedida
no oscurezca cada despertar,
donde pueda seguir adelante con mi vida...

Estoy buscando el lugar
donde la sombra de la despedida
no oscurezca cada despertar,
donde pueda seguir adelante con mi vida sin ti...

jueves, 11 de junio de 2009

Sin fecha.

Otro escrito que viene de las marismas del recuerdo. Parece que todo está lleno de barcos hundidos y tesoros inesperados. Y óxido, tanto óxido que ya no cortan las palabras. Pero hace tan poco que empecé a escribir sin intención de afilar los bordes que de vez en cuando se agradecen agujas y puñales rasgando el tiempo. Aunque estoy tan en desacuerdo con mi yo de hace unos años que igualmente una rosa sin espinas me haría sangrar de alguna forma insospechada. Con esta poesía, por suerte, no podrían herirme ni los puntos finales, que realmente nunca acaban nada.

···

Encontré tu llanto entre rayos de sol
y una lágrima suicida me confesó
que había guerras en tu corazón
y quise aliviar el dolor.

Sé que esta noche tiraste la razón a la basura
y que estuviste a solas charlando con la Luna,
sé que te ha dado malos ratos la Fortuna
y que te cansaste de encontrar a tu cordura
cada mañana en los brazos de la locura.

Sé que tu alma se ha perdido en los infiernos
y que no encuentras la salida al laberinto,
déjame traer calor a tu eterno invierno,
mi amistad te servirá de abrigo.

Quiero enseñarte a ver la luz
que brilla en tu interior,
entiende que no hay nadie como tú,
deja que el llanto huya de tu voz
y grita si quieres gritar,
pero no vuelvas a llorar otra vez
y vuela si puedes volar,
abre las alas, yo te cuidaré.

Escapa donde nadie te pueda molestar,
si ellos no entienden no tienes por qué escuchar,
si te traicionan, nunca fueron buenos para ti,
si te abandonan, recuerda que me tienes a mí.

Filosofía de la felicidad.

Si pudiera no sentirme insatisfecha por las cosas que no puedo sacar de mi cabeza... Si pudiera no echar de menos lo que perdí, lo que abandoné, lo que destruí... Si pudiera volver hacia atrás aún seguiría estudiando, seguiría diciendo adiós y volvería a no dejar salir las palabras, pero aún así las consecuencias pesan, el corazón tiende a encharcarse de vez en cuando y hoy es día de goteras. Así que lo soluciono dejando que se inunde todo, no soy de las que ponen parches, tan sólo hacia fuera, que no se vean las costuras rotas... Hoy me faltan el hilo y las ganas para coserme, no es buen momento para rehacer todo de nuevo pero es lo que toca. Es lo que toca. Por lo menos es tiempo de helados de chocolate y películas para llorar calladita, sin que nadie escuche.Viene bien el silencio, es algo que nunca está de más. Y hoy lo agradezco, apago con él los sollozos y me echo a dormir. Mañana será un día mejor. Lo sé, no es que lo crea. Nunca me permito más de un día cada cien, porque no lo necesito, ni lo quiero. Es la filosofía de la felicidad. Carpe diem, carpe horam. Incluso cuando sea la hora más oscura de la noche, recuerda que entonces las estrellas brillarán con más fuerza. Carpe noctem.

sábado, 6 de junio de 2009

Paciencia.

Pensamientos en fuga, ojos aún más veloces que las manos, y ya no me da tiempo a pasar las hojas, el filo de las letras corta poco a poco los minutos, como un experto asesino de preguntas sin respuesta. Combaten la memoria contra las ganas y va ganando esta última, pero si hay algo que he aprendido es a no desconfiar de la resistencia de la primera y a tener cuidado con los quiebros de las ganas. Si te dejas llevar por ellas puedes estar a un segundo de la victoria y pararte en seco sin intención de llegar a la meta. Y, por supuesto, no pienso hacer eso. Si hay algo que contraste con mis ánimos volátiles es esa fuerza extraña que me lleva a intentar dar lo mejor de mí. Aún no me quedo del todo satisfecha con los resultados, pero todo llegará. Para estas ocasiones, me sobra la paciencia.

martes, 2 de junio de 2009

5 de julio de 2006

Lo sé, dije que no me iba a pasar por aquí. Pero no quiero dejar esto huérfano de palabras durante semanas. Así que he decidido abrir el baúl de los recuerdos y desempolvar escritos que permanecían dormidos y abandonados desde hace mucho tiempo. He cogido la pluma para hacer cosquillas, y este relato es el primero que me ha mordido la mano. Aquí lo dejo.

...

Era una mañana de esas que se quedan en la memoria como grabadas a fuego. Los rayos de sol ardían en aquel día de mediados de verano en que dejé de ser la misma. Las pocas gotas de rocío que quedaban de la noche anterior se evaporaban como un sueño al despertar. Los pájaros callaban, amodorrados en las ramas altas, temiendo ahogarse en su propio canto. El viento silbaba una melodía melancólica y olía a esperanzas marchitas.

Recorrí con la mirada ausente el perfil del mundo que me rodeaba. Aquel día todo había perdido su color y el único sabor que era capaz de apreciar era el gusto salado de las lágrimas amargas con que lloré la ruptura de mi corazón. Casi podía escuchar detrás del susurro del viento el latir de sus pedazos astillados, que habían ido a parar a alguna parte de mi estómago. La vida me sabía a tempestad y el llanto era la única balsa donde podía aferrarme para no sucumbir ante las olas que caían sobre mí, volviendo el cielo negro y absorbiendo la escasa luz que aún brillaba en mi alma.

La gente pasaba sin verme y por un instante pensé que me había convertido en un fantasma, que sólo permanecía atada a ese lugar apenas por el hilo del recuerdo que tan cruelmente seguía torturando mis entrañas. Me hundí bajo el peso de la tristeza y las lágrimas que ya pensaba secas volvieron a empapar mi cara y lo que quedaba de mis sueños de prestado. Del futuro que imaginé no quedaban más que escombros que flotaban a merced del océano de desesperanza que me arrastraba sin remedio.

Los segundos dieron paso a los minutos y estos a las horas que se me antojaron siglos. La oscuridad de la noche me abrazó en silencio mientras dentro de mí algo gritaba. El eco del sufrimiento subió alto y fue encendiendo las estrellas que acompañaron a mi soledad hasta que la perdí de vista. La luz suave de las estrellas me mostró el camino para escapar del dolor que recorría mis venas como una droga.

La tormenta aun seguía ahí, pero había encontrado una isla en la que refugiarme y la simple calidez de su presencia fundió en parte la capa de hielo que el frío de la desilusión había formado alrededor de mi corazón roto. Estaba agotada, confusa y perdida. Como si hubiera estado a punto de alcanzar la meta de mi vida y algo ajeno lo hubiera impedido. Todavía me quedaban muchos amaneceres para ver desparecer los últimos nubarrones en la línea difusa del horizonte.

Esa noche logré sobrevivir a la herida casi mortal que había recibido mi corazón. Quedaría una cicatriz que jamás se iría, la primera de muchas que la vida me haría, pero había aprendido que, para ganar, nunca podría darme por vencida porque sino la guerra estaría ya perdida.

lunes, 1 de junio de 2009

Pensamientos a deshoras.

Ya sabes lo que cuentan:
que el sueño y el amor
comparten condición
de insomnes amantes.

Me pregunto si soñar no será enamorarse cada día un poco de uno mismo.

Creo que me voy a quedar sin ser al menos por un momento, tan sólo estaré y viviré, pero no dejaré ideas concebidas. Le daré un poco de espacio extra al corazón, a ver si late más deprisa, que se me van durmiendo las letras entre las manos y aún queda mucho por aprender antes de llegar a la siguiente etapa del viaje. Una parada táctica (y tal vez algo técnica) dedicada a crear un ensueño momentáneo que me reanime las ganas.

Escucho el sonido del mar, los recovecos del viento infiltrándose en la espuma, la arena que se hunde bajo el peso de una sonrisa. Y al este, un amanecer.

Si el sueño es enamorarse, esto ha sido un encaprichamiento fugaz para desperezar los sentidos.

Ojalá llegue pronto el 23. Necesito un sueño hecho realidad. O un orgasmo mental. O quizás las dos cosas.

No sé cuándo volveré a pasar por aquí, porque hasta dentro de unas semanas -tres estresantes y agotadoras semanas- no debo malgastar el tiempo.

¡¡À bientôt!!

viernes, 29 de mayo de 2009

De tiempo y acuarelas.

El sol, que se esfuerza en apretar firmemente los contornos del tiempo, hoy va perdiendo la batalla a deshoras. Resulta que ahora es demasiado difuminado y ya, demasiado preciso, y no se me ocurren más palabras, y es que tecla a tecla se desmoronan los segundos entre los dedos mientras la Luna me guiña un ojo desde el cielo. Y ¿qué le voy a hacer, si no puedo resistir su llamada? Con ella los minutos carecen de importancia, las letras siempre son exactas, y la vida... La vida se vuelve sueño, y el sueño, la esperanza debida. Y no, ni me faltan orejas ni me sobran pinceles, pero vino a mí como una tentación y no quise dejar de probar su color en este cuadro. Acuarelas, eso es lo que faltaba. Una aguada insomne de medias inspiraciones y ganas intactas. Y aquí se acaban los trazos, abajo a la derecha. En el sureste descansa así el peso del mundo.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Pirómana accidental.

Sin darme cuenta dejé la mecha encendida. Y ahora el mundo está ardiendo tan bellamente que no sé cómo no pensé antes en prenderle fuego. Hasta las sombras son hermosas, danzando y girando entre luces rojizas y anaranjadas. Hay llamas azules y verdes también, el miedo no se ve como un infierno horrible, sino como una estrella que nace repentinamente, se expande y se marchita. Y aquí estoy, convirtiendo en cenizas esta realidad que no me gustaba, y ahora es tan magnífica que me pregunto cómo puede ser algo tan distinto al morir. Me complace saber, sin embargo, que la muerte, al menos aquí, es terriblemente perfecta y armónica, como un afilado corte en la corteza vital del cosmos.

domingo, 24 de mayo de 2009

Fantasmas del recuerdo.

Los fantasmas del recuerdo son peleas de palabras sin sentido, son vientos de colores que se mezclan, son océanos de olores que se funden con la tierra del sonido, son sensaciones evanescentes como el humo, son jirones de sabor en los labios. Los fantasmas del recuerdo son sólo eso, fantasmas, que aparecen de repente a media luz y amenazan con hundirse entre las sombras del olvido antes de contarte los secretos, haciendo germinar la semilla de la duda. Pero el pasado es pasado, y los caminos del ayer no se pueden volver a transitar, porque son polvo que se esfuma a nuestro paso.

sábado, 23 de mayo de 2009

Lluvia de verano.

Lluvia fresca sobre la piel, por fin algo que se lleva consigo el calor sofocante, el sudor y los nervios por igual. Me siento líquida y transparente. En el momento más inesperado me cubriré de arcoiris, lo sé. Ahora toca tomar aliento y empezar la carrera. Ritmo constante, como ese latir que palpita al unísono cayendo de las nubes y hace vibrar la tierra, que comienza a sonar al compás. Un-dos-tres, un-dos-tres, un-dos-tres, un-dos-tres, un vals in crescendo, refinado al principio, medido, estudiado, armonioso, que pronto se convertirá en una danza primitiva, caótica, sagaz e imponente. Irá del agua al fuego, fundiendo, evaporando, sublimando, y no habrá yo por unos instantes, será todo vapor y llamas y viento, pero cuando vuelva seré la brisa y el sol y el océano, y dejaré huellas en la playa.
Porque por mucho que traten de borrar nuestro paso las olas, debajo de la arena hay una memoria primigenia que recuerda cada camino. Y pienso correr y recorrer los sueños, andarlos y desandarlos, y haré con mis pisadas un cauce donde fluirán los miedos hasta perderse en el mar.

domingo, 17 de mayo de 2009

Hasta nunca.

Y se calla la voz que anuncia el final
de la comedia del día: "c'est finni,
au revoir". Y las palabras de oir
tanto ruido se esconden deprisa.
Y me pregunto si ves la ironía
de cada silencio, que solo se siente
si un sonido lo corta en pedazos.
Hoy voy remendando con luz
las heridas del tiempo
que aún no han cerrado, hilo el cañaveral
de la orilla más fría del atardecer,
susurrando "lo siento" y "te extraño",
rematando con un "hasta otra" el punteo,
y te ato y desato recuerdo a recuerdo
pues me sé de memoria el color
con que trazas tus sueños,
y la ruina y la tregua y la rosa
de tus más sinceras sonrisas. Pero
no transfiguro tu nombre, lo mantengo
cubierto de escarchas y brumas.
Que la lluvia difumine tu rostro,
mas no habrá en el mundo un diluvio
capaz de borrar de mi vida
la sombra de un amor que fue tan profundo.


Lo reconozco, me volviste a pillar desprevenida, pero esta vez las únicas lágrimas fueron de risa, de pura incredulidad. Piensas que me castigas con tus palabras, pero "venganza" pierde su amenaza cuando la esgrimes en nombre de un diós en el que hace mucho que dejé de creer. Cosas como estas me hacen pensar que quizás nunca te conocí de verdad, que tenía la proverbial venda sobre los ojos y no pude verte tal cual eras. Cuando pienso en lo que te has convertido no puedo evitar la sensación de que me alejé a tiempo del ojo del huracán.

Ahora ya no hay hueco para "lo siento" ni "te extraño". El tapiz está acabado ya, lo guardaré en un rincón de la memoria tan solo porque olvidar no está permitido. De los errores se aprende, ya ves, incluso de los errores de otras personas. Ya no me volverás a decepcionar, eso se ha terminado, igual que todos los hilos que cruzaban nuestras vidas. He decidido coger las tijeras y tejer el punto y final. Hasta nunca, Alberto. Hasta nunca.

sábado, 16 de mayo de 2009

Acompáñame.

Acompáñame a querernos como nadie en esta tierra,
a ser todo y nada a un tiempo, a perdernos en el aire,
acompáñame a borrar las distancias y fronteras,
a escuchar pasar la vida mientras somos como antes.

viernes, 15 de mayo de 2009

Tregua.

Como se revela la luz en las manos, calles de sombras y sangre luminosa. La oscura opresión en las palmas contra la nitidez de los dedos. Guerra abierta de nudillos y lineas del destino. Dos lunares -una luna y un sol, para ser más precisos- detienen el pulso en el instante exacto. Tregua por hoy, hora de difuminar los estragos del sueño. Y la nada se abre camino, consumiendo esperasdeseospromesas del amanecer y se hunde victoriosa en la calma, bandera blanca-negra alzada como una muestra de locura mal dirigida. Ya no queda metralla en los rincones, pasan revista al ejército del corazón y ¡oh!, sorpresa no del todo inesperada, hay muchos espías cruzando las fronteras. Es tiempo de estrategia y reflexión tras los fusiles.

jueves, 14 de mayo de 2009

Estrellados.

Y caíamos cargados de luceros,
colmados de calma,
clamando canciones, calor y fronteras,
llamando en la noche a la luz
que nos hundiera,
"Si son impares,
te reto a buscar todas las parejas
y la que esté a solas será tuya y mía"
y empecé a contar estrellas
para no olvidarte,
y decidí apagar el cielo
para no engañarte,
y dibujé mil ilusiones
para regalarte,
y dejé en vela al corazón
para poder amarte...

miércoles, 13 de mayo de 2009

Pedazos.

Sin un Don Juán que escarmentar, sin un minuto de memoria, sin un final, con un zaguán repleto de historias que contar, ¿si huye el viento dónde vas?, salir, gritar, vivir, matar el miedo y reanimar las horas, remendar los sueños y hayar en cada minutero derrotas y victorias.

lunes, 11 de mayo de 2009

Imágenes.

Un pincel de colores,
una esquina,
tres o cuatro paredes,
los amores que me tienen inquina,
amistades mejores,
una lima en el corazón
para romper las rejas,
un papel
y en el medio un borrón
de mis noches en vela.

lunes, 4 de mayo de 2009

La música de las palabras.

Fueron cábalas de dioses sin nombre, libres en ausencia de letras, de notas, de cuerdas quiméricas, hasta que el tiempo hizo acopio de fuerza y confluyó en su origen, formando un destino plagado de memorias errantes. Llegó la lluvia soleada a componer matrices incuestionables de caminos divergentes, cada uno diferente, malditos o bendecidos por la determinación -nunca lo supieron realmente-. Se repartieron entre las líneas de pentagramas superpuestos entre universos paralelos, divagando a su manera acerca de realidades alternativas, todos absolutos y nadas relativas, tratando de no abarcar el infinito al bostezar, por miedo a destrozarse a sí mismos y tener que reconstruir sobre ondulaciones muchas veces remendadas, plagadas de fracturas invisibles. Vibran todavía de estrella a estrella, de piel en piel, como un mar embravecido a media tarde. Vienen y van, bailando al compás que la vida y la muerte marcan, con un tempo concreto, más lento cada vez, aunque nunca detenido. Están dentro y entre nosotros, como una melodía inaudible -ineludible- que va contando una historia. Nuestra historia. Y esa es la magia de todas las palabras.

domingo, 26 de abril de 2009

Esclavos del tiempo.

Vi otro mañana distinto, otra vida, otra corriente en el río, que nos llevara lejos de todo, al lugar más recóndito del mundo, y no al océano como al resto. Pero perdimos el norte buscando una estrella diferente, nos enredamos en las riveras pensando que las raices eran nuestros sueños y estuvimos perdidos durante mucho tiempo, sin saberlo, parados, y sin darnos cuenta empezamos a acostumbrarnos a las mareas, a construir relojes de sol para contar cada minuto y dedicarlo a algo. Y ahora somos esclavos del tiempo, como el resto.

jueves, 16 de abril de 2009

Crisálida.

Resplandece el tiempo
como un arcoiris cristalizado bajo tu piel.
Nos aguarda el mañana,
nos aguarda,
pero esta noche es nuestra
y del sentido.

martes, 14 de abril de 2009

Quédate conmigo.

Respirando cada palabra que es el aire que me llena,
tus manos desatadas, la noche y las estrellas,
mis dedos dibujando caricias inventadas,
los tuyos bajando poco a poco por mi espalda...

Quédate conmigo hasta que el viento pare,
no te separes de mí, olvidémonos del tiempo,
quédate conmigo hasta que el Sol se apague,
vamos a compartir el calor de nuestros cuerpos.

Y me pierdo en tus ojos, me estremezco con tu aliento,
poco a poco vas abriendo las puertas de tu alma,
encuentro la calma en el sabor de tus besos,
cada vez me voy sintiendo más y más enamorada...

Quédate conmigo hasta que el crepúsculo llegue,
quiero susurrarte todo el amor que siento,
quédate conmigo hasta que la noche vuele,
pongamos nombre a cada estrella del firmamento.

Solo entre tus brazos puede ser dulce la muerte
y es más bello el amanecer que nace de tu mirada,
porque a tu lado la luz nunca está ausente
y si te vas mis sueños se pierden en la nada...

Quédate conmigo hasta que venga la madrugada,
llévame a ese cielo que una vez me prometiste,
quédate conmigo hasta que muera el alba
y olvidemos un momento que la soledad existe.

sábado, 4 de abril de 2009

Nuevo rumbo.

Tengo un rayo de sol
que me quema las manos
y me muestra el camino
para escapar de todo.

Dime qué he de hacer
con la vida y los cimientos
si dejo atrás el mundo
y me encaramo al pico
de mis sueños.

¿Debo deshacer los desvaríos
o empezar de nuevo a construir?
¿Puedo ya volar fuera del nido
o el tiempo aun no es propicio para huir?

Que se me atoran todas las mañanas
entre tanta sombra
y se me endulzan las noches
con la miel de los deseos,
que se me hunde el tiempo
en el colchón
y duermo sin querer
bajo el mismo árbol
que me ha visto crecer.

Y me despierto
cansada de correr la misma senda.
Es clara la intención, no me confundo:
alzaré el vuelo,
dejando que el horizonte me sorprenda
surcando los vientos, con un nuevo rumbo.

viernes, 3 de abril de 2009

Cruce.

Dije adiós al crepúsculo tras huir de su horda de estrellas incolumnes ante el deseo, quizás fue un error echar a correr primero y preguntar después si quedaban caminos abiertos hacia nuestras veredas. Pero aquí estoy, en este cruce desgranado de tiempos, donde me espera un mañana moteado de incertidumbres, oculto tras las zarzas de dudas afiladas. Ataco las quimeras que asolan mis sueños y arañan los recuerdos. ¿Será esta la batalla que tanto temí? ¿La de blancas banderas alzadas en pos de un mal adiós? ¿Será quizás el principio que tanto anhelé? ¿El de rojas pasiones lejanas henchidas de caricias y besos? No puedo saberlo, y el mundo nunca se detiene, deberé cruzar a través de la niebla, cada paso más firme que el anterior y sin rastro de duda en el corazón.

jueves, 2 de abril de 2009

Puntos de vista.

Para no tropezar me cubrí
con la funda del cielo,
paso a paso lluevo desde entonces
y a ratitos granizo,
pero si me preguntas qué veo
entre nubes y vientos
te diré que la vida es más clara
y que no pierdo nada
entre soles y besos y espadas...

Para no parar nunca dejé
en la cama los frenos,
corro con precaución, no te creas,
pero no voy despacio,
he ganado dos o tres veces al miedo
-aunque no sé si será malo o bueno-
y si hablamos de caminos
me recorro los de siempre y los perdidos,
y no me faltan ni compañeros ni destinos.

domingo, 29 de marzo de 2009

Decidí.

Decidí ser canción y fluir en las olas del viento, advertir al silencio del final de la tregua y volver a reir con el alma en vela. Y así la noche me encontró, hilando madrugadas con los ojos cerrados, esperando la señal que me hiciera despertar y transformara mis sueños en ocasos bordados de besos olvidados por el tiempo. Y así el día me sorprendió, tejiendo corazonadas al borde del ayer, haciéndole puntadas a los recuerdos que se me deshilan sin querer, de tanto remendarlos.

martes, 24 de marzo de 2009

Ella.

Ella llora por cosas que no quiere contar y vive de silencios que alimentan sus miradas de palabras, de secretos atrapados por el tiempo. Ella sabe de todo y no dice nada, como si a su noche le faltara una estrella de pedir deseos y esperara algo que no llega. En sueños puedes verla dormida, con los ojos abiertos para seguir buscando sus anhelos perdidos. Aires de indiferencia revuelven sus cabellos y cuando camina los horizontes se hacen más cercanos para que pueda tocarlos con la mano. Parece que es etérea, luz condensada en un símil de figura cambiante. Y es que su cuerpo es volátil como una chispa de incosciencia. El viento la lleva donde quiere, siempre dejando un aroma de otoños primaverales. No conoce la palabra rutina porque nunca escucha la misma melodía en el viento, ni ve amaneceres iguales. Ni siquiera el cielo nocturno es el mismo cada vez que lo mira porque siempre hay una estrella que muere y otra que nace. Cuando el frío la congela se hace más corpórea, pero no quita la escarcha de sus pestañas porque espera paciente a que un rayo de Sol la transforme en rocío. Ha vivido eones y eras y con su ínfimo peso ha formado caminos que conducen a la frontera que separa la realidad de lo desconocido. Y se queda allí, tejiendo con sus manos los mañanas con hilos del ayer, sin conocer jamás qué es el presente, sin ser consciente de que existe. Ella ha sido y seguirá siendo, pero nunca es. Eso significaría su fin, colapsar todas las posibilidades, encerrarlas en un segundo ínfimo que borraría su magia, que la haría igual que los demás.

domingo, 22 de marzo de 2009

Rumbos divergentes.

Trato de convencerme de que no has cambiado tanto como parece, aunque es difícil. Me estás volviendo loca con lo que no dices pero no te callas. Sabes cómo encontrar mis puntos débiles pese a estar tan lejos que el viento no es el mismo, y sólo con un espacio en blanco eres capaz de hacerme tropezar con tu dolor. No sé qué pretendes conseguir, pero a pesar de lo que hagas no voy a sentirme culpable. Te fui sincera hasta el último momento y por lo menos puedo decir que fui yo la que tomé la decisión e hice lo que hice porque YO sentía que era lo correcto. No puedo decir lo mismo de tus acciones, ya no sé cuando eres tú o cuándo otra persona mueve los hilos, pero no voy a perder el tiempo intentando descubrirlo. Allá tú si quieres vivir tu propia vida o la que otros quieren que vivas. Yo ya no voy a estar más para quitarte la venda de los ojos, me cansé de sostener tu mundo entre las manos para que eligieras el camino por tu cuenta. Es hora de que vueles sin mí, espero de verdad que no encuentres vientos en contra ni tormentas que te aparten del rumbo que quieras seguir. Lo que me pregunto es, ¿será el rumbo que tú eligas o el que creas que has elegido?

sábado, 21 de marzo de 2009

Reflexiones.

Parece que todo ha vuelto a la normalidad de antes, con la diferencia de que echo de menos cosas que nunca antes había echado de menos y valoro otras cosas que nunca antes había valorado como debía. La libertad, por ejemplo, el poder ir a donde quiera, con quien quiera y para hacer lo que quiera, sin la necesidad de dar explicaciones, sin sentirme culpable por no darlas. Sí, he perdido otras cosas por el camino, pero he ganado muchas más. La timidez y el silencio se fueron quedando relegados a un segundo plano y aunque volvieron a entrar en escena al romper con todo -para enfrentar lo que sabía que vendría, para poner un par más de barreras antes de que llegara la tormenta- poco a poco se quedarán atrás, porque he aprendido que son actitudes que alejan a los demás si te escudas en ellas. Cuesta, sí, siempre han sido mi arma y mi escudo según la situación, pero el que no arriesga no gana, y el mundo está lleno de personas maravillosas como para que valga la pena correr riesgos. La vida es un campo de batalla, y siempre he sido una arquera, la última fila de saetas mortales y precisas, con la distancia como eterna aliada, pero he decidido que tengo que dejar atrás el arco y la flecha y avanzar hacia delante, con una lanza o una espada en la mano y el enemigo tan cerca como el amigo, defendiendo a mis compañeros de guerra con sudor y sangre, si hace falta.

viernes, 20 de marzo de 2009

Tema: Tacones rojos.



"Red shoes" by passionphoto


Se dividió como el silencio quebrado por el sonido de unos zapatos de tacón rojos: un eco partido en dos. A un lado el color, al otro la sombra, y en medio su vida serpenteando entre agujeros, cosiendo ambas partes y obligándolas a unirse precariamente en torno a la figura de una mujer. Todo acababa confluyendo en el rojo o en el negro, invariablemente: el negro de su pelo y el rojo de sus zapatos. Los recuerdos junto a ella se configuraban en esa rara matriz dicromática, que hacía del mundo un paisaje en llamas jalonado de pinceladas oscuras.


Una vez juró que amaría por siempre a esa mujer, pero no se percató de que la eternidad es muy larga cuando se trata de sentimientos. Los años fueron pasando y los tacones rojos se fueron desgastando, hasta que se rompieron y quedaron olvidados en el fondo del armario. El color de sus recuerdos fue perdiéndose, hasta que quedó sólo la oscuridad y una suerte de herida sangrante con retazos de su sonrisa o de una lágrima. Ella se fue de su vida tal como había llegado, de imprevisto y sin razones, porque la muerte no entiende de momentos adecuados ni de lógica, tan solo viene y siempre se queda.


Rafael vivió bajo la sombra del adiós interminable durante tres largos años, hasta que otra mujer llegó a iluminar sus rincones oscuros. Llevaba sandalias y nunca usaba tacón. Cuando ella encontró los zapatos rotos y los tiró a la basura, Rafael se dio cuenta de que había tirado con ellos el primer recuerdo que guardaba de Victoria y sintió un deje de melancolía porque sabía que por mucho que Isabel lo amara, ella no entendería la magia primigenia que guardaban para él los tacones rojos, ni podría igualarla por muy caros y bonitos que fueran sus zapatos.

jueves, 19 de marzo de 2009

Ironía.

Volví a escuchar el tiempo
pasar sin prisa sobre mi piel,
borrando las cosas que el mundo
intentaba conservar
y pensé que la ironía no era humana.

miércoles, 18 de marzo de 2009

El encanto de las horas

I

Primavera en la piel gimiendo rocío,
lágrimas de cielos fríos y prohibidos,
congelando hojas y espesando el viento
que derrumba murallas del sonido.

II

Atrapa el gris la esencia de la lluvia
que encadena nubes a morir al suelo,
batalla perdida de antemano
y el humo ríe extasiado
de reflejarse en matices de un azul marchito.

III

Carmín del amanecer en la pared,
sus labios besan mi sueño
para despertar de él y huir
del embrujo del ayer.

IV

Segundo a segundo la luz nace enfurecida
y en el corsé de la persiana se ahoga...
tic, tac, tic, tac... el reloj inmortal marca otra hora,
otra hora más, matando el día.

martes, 17 de marzo de 2009

Libertad.

Nada anticipó la partida, ni la noche dormida ni el viento con todos sus secretos a la vista. Ahora recuerdo una sola señal de despedida, un reflejo en el espejo, los ojos mirando hacia abajo y una caricia reticente en la cintura. Lo demás fueron vino y estrellas y soledades mal dispuestas, y un silencio cada vez más denso, como el aire antes de una tormenta de verano. Sé que pensé muchas veces "algo ha cambiado", pero no supe ni sé siquiera ahora exactamente qué fue lo que nos llevó al final. Tal vez fueron las palabras no dichas o el corazón exhausto de pasiones. Quizás fue el sentimiento innombrable, la desidia recorriendo las horas o la sombra de todo separando nuestros pasos. Quisiera poder decir que me pilló por sorpresa el adiós, pero hay cosas que se cuelan en la mente como un escalofrío, presentimientos que anuncian aquello que no aceptamos hasta que se vuelve realidad. Y ahora una parte de mí anhela el olvido, pero el resto me grita "libertad". Y volaré hasta que se rompan las alas o el crepúsculo me alcance.

lunes, 16 de marzo de 2009

Gata.

Recorro la mañana a saltos, vuelvo a ser una gata de zarpas afiladas y escondidas, dispuesta a cincelar la realidad y a destrozar el miedo. No hay noche que me suma en la oscuridad, no mientras siga teniendo los ojos abiertos y la piel erizada de sentimientos y verdades. Caigo a cuatro patas, disfruto tumbada al sol, lamo mis heridas y luzco con orgullo las cicatrices, cada una es una lección aprendida, una vida menos que perder, y eso que tengo más de siete, o al menos eso creo. Necesito desenredarme del pasado, salir a campo abierto y correr, correr, correr, saltar, acorralar algún pequeño animal y jugar con él antes de darle el mordisco de gracia (a algo habrá que clavarle los dientes, digo yo, y hay algún que otro reto que tengo ganas de saborear). Pensándolo bien quizá lo mejor sea meterme en un bosque frondoso, donde no vea más de tres pasos por delante, porque tal vez lo que me pasa es que miro demasiado lejos y ya tengo la vista cansada de tanto horizonte y necesito mirar entre las hojas o tras las briznas de hierba, buscando esas pequeñas cosas que pasamos por alto si vamos muy deprisa. Tengo tiempo, tengo libertad y tengo ganas. Veamos hasta donde me llevan mis pasos felinos, hoy tan sólo soy una gata desnuda, ya volveré a ser pantera vestida de fuego cuando me canse de meterme en los recovecos de la vida. Si no me veis, buscad bajo la cama. Allí es donde se esconden los mejores sueños.

viernes, 13 de marzo de 2009

Sueños que comienzan.

Robando el tiempo al corazón
donde la noche espera y desespera,
silba el viento una canción
que habla de sueños que comienzan
donde otra historia terminó.

Tras el cristal.

Hay una suerte de juego perturbador que nos envuelve a todos como el agua. Vivimos entre reflejos de lo que creemos sentir, juzgamos inadvertidamente diamantes de múltiples facetas, con los que podemos cortarnos, maravillarnos o cegarnos a partes iguales. Hoy desperté con la sensación de estar al descubierto, la marea había bajado de repente y me había despojado de espuma, corales y arena, y por un instante fui una roca desnuda de toda pretensión. Luego me fijé un horizonte que alcanzar y me encontré sumergida en una lluvia espesa como la miel, que me dio manos y pies, piernas y brazos, torso y cabeza, y un corazón cuyos latidos reberberaban impacientemente tras las gotas, como si quisieran atravesarlas y volar lejos. La lluvia cesó, pero no había viento que dispersara las gotas, que se quedaron prendidas a mí cambiando la luz a su antojo. Y me pregunto si no estaremos siempre de aguacero en aguacero, de distorsión en distorsión, buscando el reflejo que nos muestre tal y como somos o tal vez la manera de hundirnos en el fondo abisal del océano, donde todos somos iguales en la oscuridad.

jueves, 12 de marzo de 2009

Despedidas.

Guarda entre sus manos el anochecer de los miedos,
cuidando del Sol que nunca marchita,
atando con nudos de seda los otoños que no despiertan.

Derrama en pensamientos lo que nunca sintió
y su piel es jardín de todas mis esperanzas,
donde crecen sueños que nunca descansan.

Rescato instantes ahogados en su mirada,
como lluvias de mar en oleajes sin luna,
una estrella en susurros atrapada
por una pasión sin nombre ni futuro.

Inventó penumbras para estar conmigo,
perfilando oscuridades en sus labios
y renunció a la vida para no morir,
recordando esencias del olvido
tan eternamente que borró su fin.

Y hoy ha vuelto a cargar sobre su espalda
el peso de la soledad,
volando en los vientos de mi libertad,
escondiendo entre sus alas jirones de mi corazón
para llevarlos hacia el último horizonte
donde no existen despedidas.

Volver a nacer.

Cuando el olvido se alce en el trono
con la memoria rendida a sus pies,
cuando el telar del recuerdo se incendie
y deje un reguero de hilos de ayer,
cuando en volutas se torne el pasado
será el momento de volver a nacer.

Busca en tu mente las huellas del tiempo,
libera el silencio que acalla tu voz
y piensa que el reflejo de lo que has vivido
tiene más de un sentido en tu corazón,
que el rostro del viento conoce tu llanto,
que todo es posible si encuentras tu sol.

Y corre hacia lo que aún no has cumplido,
atrapa en tus manos lo que huye de ti
y siente en tus venas brotar la esperanza
que te llena y te libera como un elixir,
y deja que fluya a través de tus dedos,
que alcance aquello por lo que quieres vivir.

martes, 3 de marzo de 2009

Historia de un hombre.

Ahora duerme sin soñar, como una tierra sin nombre donde se alza el polvo de las razones sobre la lluvia, que cae en silencio como un lucero. Siguiendo su camino, que ha visto marchitar muchos sueños eternos, encontró la cordura bajo el manto del silencio y escribió en el viento palabras de amor que se convirtieron en estrellas. Alguna vez creyó en el destino, pero lo olvidó, pues en las fronteras hay que desnudar el alma y siempre se queda algo atrás, entre lunas y sombras. Viajó de noche y de día, evitando los crepúsculos que se le clavaban como espinas en la piel, decía que no soportaba las cosas a medias, y era verdad, todo en él era blanco o negro, hasta el mañana, que si estaba triste no existía.

lunes, 2 de marzo de 2009

Vida fugaz.

Murió una noche de auroras ausentes, de soles ardientes en otra mitad, vivió sin saber que la vida dura más de un día y jamás conoció la felicidad. La luz fue un cruel acertijo que apenas sus ojos llegaron a ver, el llanto de un recién nacido, el único sonido que pudo aprender y el frío que hacía aquel día fue el manto que cubrió su piel. Su madre, creyéndolo muerto, dejó abandonado al fruto de un querer perdido y quiso que sólo lo conociera el olvido y que nadie supiera de aquel antiguo error cometido. Descansa ya bajo la tierra su pequeño cuerpo, sin creer en dioses, sin temer infiernos, sin culpar al destino, al azar o a la suerte, sin preguntar qué vendría después de la muerte que ya percibía...

domingo, 1 de marzo de 2009

Deflagración inminente

Atrapando tormentas entre las manos, sintiendo que todo puede estallar en cualquier momento, como una bomba vieja. No sé qué me hiere más, si las palabras o los silencios, las acciones o la quietud, las verdades o las mentiras. Hay demasiadas reminiscencias como para sentirme cómoda en tu presencia, que es a la vez la ausencia de todo lo demás. Día tras día me doy cuenta de que hay muchas cosas que fallan debajo de la apariencia perfecta, una tensión imperceptible en la superficie me anuncia que todo está a punto de cambiar. Y me temo que no será para mejor, pero no sé que puedo hacer para detenerlo. Ya veo el humo que anuncia la llama y por mucho que busco dentro de mí, no encuentro el origen del fuego ni creo que pueda apagarlo.

martes, 24 de febrero de 2009

Retórica ineludible.

Me pregunto si habrá libertad en las horas perdidas o una especie de confrontación de los secretos contados o si al fin dejará de llover en la estela del viento... Déjame que te cosa despacio las caricias dormidas con esta sombra de desolación que está borrándolo todo, con esa sensualidad que nos va carcomiendo los sueños, con el papel de fumar a escondidas la piel y los besos, con la distancia encerrada en un vaso al que le sobra fondo. Y si entre el mundo y la vida la risa y la luz nos agotan, a la orilla del fin nos espera un cielo tachonado de infiernos, donde nos quede en el alma tan solo un recuerdo lejano y la soledad se nos funda despacio entre los pies y la luna.

domingo, 15 de febrero de 2009

Inesperada perfección.

Sentir los cielos bajo miles de luces, cada tierra sin nombre buscando el sonido, un minuto en la sombra a la orilla del mundo y parece que al fin todo cobra sentido. Tu piel sobre mi piel, calor entre el hielo que se funde. El humo del sol acaricia nuestra espalda con delicadeza, como una canción de cuna antes de dormir y, un poco más fuerte, aprietan las estrellas chispas contra nuestros ojos, para que podamos ver lo maravilloso que es amarnos con tanta fuerza que ciega. Podrían decirnos muchas cosas acerca de lo malvado y lo benévolo, exponernos los puntos de vista de todos los mortales, pero en este punto ni tú ni yo podríamos escoger entre el cielo o el infierno, nos bastaría con quedarnos así, como estamos, pegados el uno al otro, sin un resquicio de por medio para que entre el mundo a mordernos el alma. Si muriera en este mismo instante no podría haber hallado una forma más perfecta de irme para siempre, contigo desnudo entre mis brazos.

viernes, 13 de febrero de 2009

Vivir.

Derribar las fronteras de un grito, deambular por tu vientre desnuda, caminar por la playa con los pies descalzos y sembrar en la sombra mi locura. Confundir la vereda del tiempo con las horas vacías sin ti, despertar de madrugada pensando en tus besos, fundirme en tu cuerpo sin fin. Y si el mundo nos deja, bailar con el viento, recorrer el camino del sol y olvidar un momento que vivir solo es eso, ir viajando sin destino concreto con mil recuerdos en el corazón.

jueves, 12 de febrero de 2009

Horizontes cercanos.

Una noche más
los huesos bailan en la cumbre
de todos los cielos,
que esperan pacientes rehuir el sentido
de ser el hogar de los dioses.

Una noche más
la sangre danza en el abismo
de todos los infiernos,
que aguardan dejar de guardar los secretos
que esconde el alma humana.

Descubrir la distancia más corta
entre el amor y el odio
tan sólo es cuestión de perspectiva,
si observas a través de las pasiones
tan sólo hay un suspiro de por medio
y un horizonte hecho de miradas.

Un día más coges mi locura
y la transformas en caricias,
bajo el sol me conviertes en luna
que entre estrellas dormita
soñando con tu piel.

Un día más atrapas mis labios
y los tornas en tormentas de besos,
bajo la luna me vuelves náufrago
que a tus orillas llega ileso
hallando en ti el paraíso.

Y yo me pregunto qué fue lo que hice,
qué hermoso y perfecto destino
me puso ante ti,
qué caos prodigioso, qué azar
te cruzó en mi camino,
que logró transformar en un día
la vida que, sin duda distinta, pensaba vivir.

lunes, 9 de febrero de 2009

Haikus tradicionales (5-7-5)

Sueño vivo:
primavera en Madrid
y sus colores.

Es invierno
y el cielo cae
de luz en luz. Fin.

Verano fugaz
dormitando siempre
y escindido.

Cuento rojo:
el otoño transcurre
y vuela el viento.

Una voz calla,
su magia silenciosa
hechiza el eco.

Sobran palabras
para describir el sol:
calor y vida.

Despierta ya
hormiga despistada:
Enero huye.

Bella oscura
la noche que danzando
muere viva.

Desde el ayer
llegan las despedidas:
adiós, presente.

No hay culpables
encadenados siempre:
la muerte libra.

Perfección nula:
en la sombra del viento
el polvo vuela.

La Fortuna ruin
gira sin inmutarse
hasta que para.

miércoles, 7 de enero de 2009

Cercanía.

Te deslizas como una sombra bajo la luz del atardecer que declina, ganándole terreno a ese mundo que nos cae encima como un aguacero, gota a gota, segundo a segundo. No puedo evitar mirarte limpiamente y llegas a mí sin detenerte al traspasar las fronteras de mi intimidad. No quiero esa clase de cortesía, no ahora que todo parece confluir en el espacio que nos separa y sólo quiero tenerte cerca, siempre a mi lado.